24/06/2025
La iniciativa fue impulsada por el Parlamento iraní, aunque aún requiere la aprobación del Consejo de Seguridad Nacional. Desde Washington ya hubo reacciones: el gobierno estadounidense calificó la medida como un 'suicidio' y solicitó la intervención de China.
En medio de la creciente tensión en Medio Oriente, el estrecho de Ormuz vuelve a ocupar un lugar central en el tablero geopolítico global. Esta estrecha vía marítima, que separa a Irán de Omán y conecta el Golfo Pérsico con el Mar Arábigo, es crucial para el tránsito de hidrocarburos a escala planetaria. Por sus aguas circula cerca de una quinta parte del comercio mundial de petróleo, lo que lo convierte en un punto estratégico para las principales economías del mundo y un potencial foco de conflicto.
En el marco del enfrentamiento entre Israel e Irán,
la reciente ofensiva aérea lanzada por Estados Unidos contra instalaciones
nucleares iraníes entre ellas las de Fordo, Natanz e Isfahán provocó una dura
respuesta desde Teherán. El Parlamento iraní amenazó con cerrar el estrecho
como represalia directa, una medida que podría tener un impacto inmediato sobre
los mercados energéticos globales y la estabilidad regional.
El presidente estadounidense, Donald Trump, defendió
los ataques asegurando que el objetivo era "la destrucción de la capacidad de
enriquecimiento de uranio de Irán" y describió la operación como un "éxito
militar espectacular". El secretario de Defensa, Peter Hegseth, confirmó que se
utilizaron bombarderos B-2 en la ofensiva, en lo que representó una escalada
significativa en la participación directa de Washington en la guerra
Israel-Irán.
Desde Teherán, el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, condenó los bombardeos como una "grave violación" del derecho internacional y del Tratado de No Proliferación Nuclear. A su vez, advirtió que cualquier cierre del estrecho podría ser una represalia directa con consecuencias imprevisibles.
El estrecho de Ormuz, de apenas 39 kilómetros de
ancho en su punto más angosto, es una vía esencial para países como Arabia
Saudita, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Según datos de la firma
británica Vortexa LTD, entre 17,8 y 20,8 millones de barriles de petróleo
diarios circularon por allí entre principios de 2022 y junio de 2025. Cualquier
interrupción podría desencadenar un alza inmediata en los precios del crudo y
afectar directamente a los países más dependientes del suministro del Golfo.
China es uno de los más expuestos. Compra cerca del
90% del petróleo iraní, y una interrupción en el estrecho impactaría
severamente en su economía. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio,
instó públicamente a Beijing a impedir cualquier intento de clausura, y reclamó
que "el gobierno chino se exprese al respecto, porque dependen en gran medida
del estrecho de Ormuz para su petróleo".
Mientras los ataques israelíes continúan sobre
territorio iraní y potencias como Rusia, China y Pakistán piden en el Consejo
de Seguridad de la ONU un cese al fuego inmediato, la amenaza iraní de cerrar
Ormuz permanece latente. Analistas internacionales advierten que, aunque podría
representar una herramienta de presión frente a Trump, también sería "un acto
drástico de autolesión económica" para Irán, que necesita exportar su propio
petróleo a través de esa misma vía.
En este delicado equilibrio, el futuro del estrecho
de Ormuz está en juego, así como también la estabilidad energética global en
uno de los momentos más tensos del conflicto en Medio Oriente.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
24 de junio de 2025
24 de junio de 2025
24 de junio de 2025
24 de junio de 2025