24/07/2025
En esta nota te contamos qué lo causa, cuáles son sus síntomas más comunes, cómo evoluciona con el tiempo y por qué el diagnóstico temprano es clave para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y fundador de la legendaria banda Black Sabbath, falleció a los 76 años tras enfrentar durante años un cuadro avanzado de enfermedad de Parkinson. Su última aparición pública, en el marco de su despedida de los escenarios, reflejó con claridad el deterioro físico que le dejó esta afección neurológica, contra la que luchó con entereza durante más de una década.
La muerte del músico
británico vuelve a poner en foco a esta enfermedad neurodegenerativa que afecta
a millones de personas en el mundo. El Parkinson es una patología crónica,
progresiva y degenerativa del sistema nervioso central. Se produce por la
pérdida de neuronas en una zona específica del cerebro que dejan de generar
dopamina, un neurotransmisor esencial para regular el movimiento y la
coordinación.
Los síntomas más
comunes incluyen temblores, rigidez muscular, lentitud en los movimientos,
trastornos del sueño, problemas de equilibrio y dificultades en el habla. A
medida que avanza, la enfermedad compromete la autonomía de la persona, lo que
puede derivar en cuadros de ansiedad o depresión asociados a la pérdida de
funcionalidad.
En etapas iniciales, el
Parkinson suele presentar signos sutiles que pueden pasar desapercibidos o
confundirse con el envejecimiento normal. Sin embargo, a medida que la
sintomatología se vuelve más evidente, el diagnóstico médico se vuelve
inevitable. La mayoría de los diagnósticos se dan entre los 55 y 60 años, y
afecta con mayor frecuencia a los hombres.
El Parkinson fue
descripto por primera vez en 1817 por el médico británico James Parkinson en su
tratado Un ensayo sobre la parálisis agitante, y desde entonces la comprensión
de la enfermedad ha evolucionado, aunque todavía no existe una cura definitiva.
La Organización Mundial de la Salud estima que 1 de cada 100 personas mayores
de 60 años padece esta condición, lo que la convierte en la segunda enfermedad
neurodegenerativa más común después del Alzheimer.
En la Argentina, aunque no existen estadísticas oficiales actualizadas, se estima que alrededor de 100.000 personas conviven con el Parkinson. El tratamiento más habitual incluye el uso de medicamentos como la levodopa-carbidopa, que permite suplir parcialmente la deficiencia de dopamina y aliviar los síntomas motores. Sin embargo, este tratamiento no detiene el avance de la enfermedad y puede volverse menos efectivo con el tiempo.
Además de la medicación,
existen terapias complementarias que han mostrado beneficios en la calidad de
vida de los pacientes, como la fisioterapia, la fonoaudiología, ejercicios de
motricidad fina y el acompañamiento psicológico. Diversos estudios también
destacan que la práctica regular de ejercicios físicos adaptados puede mejorar
significativamente el estado general de quienes padecen esta enfermedad.
Cada 11 de abril se
conmemora el Día Mundial del Parkinson, en honor al nacimiento de James
Parkinson. La fecha busca generar conciencia y difundir información clave para
fomentar diagnósticos más tempranos, impulsar la investigación y mejorar el
acceso a tratamientos adecuados.
La despedida de Ozzy
Osbourne deja un legado imborrable en la historia del rock y visibiliza, una
vez más, los desafíos personales y médicos que implica enfrentar una enfermedad
como el Parkinson.
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