16/07/2025
Así lo revela un informe elaborado por el grupo Economía, Política y Ciencia junto con la Federación de Docentes de Universidades, que advierte que los sueldos de docentes y no docentes se encuentran en niveles incluso inferiores a los de 2002.
El sistema universitario argentino atraviesa una crisis sin precedentes que pone en riesgo el desarrollo del segundo cuatrimestre para más de 2,5 millones de estudiantes. Un nuevo informe elaborado por el grupo Economía, Política, Ciencia (EPC) del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti), en conjunto con la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), expone con datos concretos la magnitud del deterioro que afecta a las universidades nacionales, tras los recortes presupuestarios impulsados por el gobierno nacional.
Durante la presentación
del documento, Daniel Filmus, director del Ciicti, advirtió que el informe
intenta llenar un vacío de información sistemática sobre el impacto de las
políticas actuales en el sistema universitario. Según el relevamiento, ninguna
dimensión de la educación superior quedó al margen del ajuste. En comparación
con noviembre de 2023, el presupuesto de la Secretaría de Educación se redujo
un 47,6 %, mientras que el destinado específicamente a universidades cayó un
19,8 %. En paralelo, los salarios docentes perdieron un 29,3 % de su poder
adquisitivo, y el recorte en la función "ciencia y tecnología" fue del 45,4 %,
afectando directamente al trabajo de más del 80 % de los investigadores del
país, que desarrollan sus tareas en el ámbito universitario.
"El presupuesto
universitario cayó a su valor más bajo desde 2005 y hoy representa apenas el
0,5 % del PBI. Esto no es un ajuste, es una política de exterminio", sostuvo
Filmus. La situación se refleja también en el debilitamiento de programas clave
como las becas Manuel Belgrano, que hoy ofrecen una asignación mensual de
81.685 pesos, un monto considerado insuficiente para garantizar el acceso y la
permanencia de estudiantes de sectores vulnerables.
Oscar Alpa, rector de
la Universidad Nacional de La Pampa y actual director del Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN), señaló que muchas instituciones tienen
serias dificultades incluso para cubrir gastos básicos de funcionamiento,
mantener becas y continuar obras de infraestructura ya iniciadas. Según sus
estimaciones, en el último año y medio se perdieron más de 12.000 cargos
docentes, una cifra muy por encima de la media esperable, que afecta
directamente la calidad educativa y la estabilidad institucional.
"El recorte ha obligado a tomar decisiones urgentes, como la cobertura improvisada de materias para garantizar la cursada. Pero reemplazar a un docente formado no es simplemente una cuestión administrativa: son años de experiencia y formación que se pierden", alertó el CIN en un comunicado. Además, mencionan que muchas carreras nuevas que exigen designación docente no tienen financiamiento asignado, y en algunos casos los fondos previstos dejaron de transferirse.
El informe indica que
los salarios docentes e investigadores acumulan ocho meses consecutivos de
caída real. Desde noviembre de 2023, perdieron aproximadamente un tercio de su
valor, y solo en lo que va de 2025, la caída fue del 7,4 %. En la comparación de
la última década, el poder adquisitivo de los salarios universitarios ya se
ubica por debajo de los niveles de 2002.
El retroceso en la inversión educativa también es contundente: en 2024, la inversión nacional en educación cayó un 42,7 % y, en el caso específico de las universidades nacionales, la caída fue del 22,1 % en términos reales. Las proyecciones indican que el retroceso presupuestario continuará y podría sumar una nueva caída del 8,6 % en lo que resta del año.
Ante la falta de respuestas del Poder Ejecutivo, las expectativas del sistema universitario se centran ahora en el proyecto de ley de financiamiento universitario que volverá a tratarse en Diputados. La norma, que ya fue vetada por el presidente en 2024, contempla mecanismos de actualización mensual del presupuesto por inflación, recomposición salarial automática para docentes y no docentes, ampliación de becas, y la creación de un fondo anual de 10 mil millones de pesos (ajustables por IPC) para el desarrollo de carreras estratégicas como inteligencia artificial. Además, prevé un incremento gradual del presupuesto universitario hasta alcanzar el 1,5 % del PBI en 2031.
La comunidad
universitaria espera que esta nueva oportunidad legislativa sea una vía
concreta para frenar el deterioro del sistema y restituir condiciones mínimas
para garantizar el derecho a la educación superior en Argentina.
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