23/07/2025
La fuerte presencia del psicoanálisis también está ligada a una particular concepción de la salud mental, que en Buenos Aires se construyó históricamente en diálogo con el pensamiento crítico, la literatura, el arte y la política.
En el escenario global de la salud mental, Buenos Aires ocupa un lugar singular: es la ciudad con mayor densidad de psicoanalistas por habitante en el mundo. Este fenómeno no solo se refleja en la cantidad de profesionales formados en esta orientación terapéutica, sino también en la presencia cotidiana del psicoanálisis en la cultura porteña, donde hablar del "analista" o asistir a sesiones semanales es una práctica extendida y socialmente aceptada.
La
tradición psicoanalítica en la capital argentina tiene raíces profundas que se
remontan a principios del siglo XX, con la llegada de las primeras influencias
freudianas a través de la medicina, la filosofía y la literatura. Sin embargo,
su expansión masiva comenzó a consolidarse a mediados del siglo pasado,
especialmente a partir del influjo de intelectuales europeos exiliados durante
la Segunda Guerra Mundial y el crecimiento de instituciones formativas
centradas en el modelo psicoanalítico.
Actualmente,
se estima que hay más de 2.000 psicoanalistas en actividad solo en la ciudad de
Buenos Aires, una cifra notable en relación con su población. Además, Argentina
es el país con mayor número de psicólogos per cápita en el mundo, según datos
de la Organización Mundial de la Salud. De estos profesionales, una gran parte
se forma bajo modelos psicodinámicos o psicoanalíticos, en contraste con otros
países donde predominan corrientes como la terapia cognitivo-conductual.
La
fuerte presencia del psicoanálisis también está ligada a una particular
concepción de la salud mental, que en Buenos Aires se construyó históricamente
en diálogo con el pensamiento crítico, la literatura, el arte y la política. El
consultorio psicoanalítico ha funcionado, en muchos casos, como un espacio para
reflexionar sobre los vínculos, las frustraciones sociales o el malestar subjetivo
desde una mirada introspectiva y estructurada.
El fenómeno es tan representativo que incluso forma parte del imaginario cultural: aparece en el cine, el teatro, la televisión y en la conversación diaria. Expresiones como "voy al analista" o "mi terapeuta me dijo" no solo no sorprenden, sino que forman parte del lenguaje habitual, especialmente en los sectores medios y altos urbanos.
Instituciones
como la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), la Escuela Freudiana de
Buenos Aires o diversas cátedras universitarias en psicología han contribuido
al desarrollo sostenido del psicoanálisis como campo académico, profesional y
clínico. En la Universidad de Buenos Aires (UBA), por ejemplo, la carrera de
Psicología conserva una orientación teórica fuertemente influenciada por Freud,
Lacan y otros referentes del psicoanálisis.
Aunque
en otras partes del mundo el psicoanálisis ha sido desplazado por enfoques más
breves o conductuales, en Buenos Aires sigue siendo una referencia central
tanto en la formación de psicólogos como en la práctica terapéutica cotidiana.
Si bien han surgido nuevas corrientes y abordajes, el psicoanálisis mantiene su
lugar como una herramienta extendida de comprensión subjetiva y tratamiento del
sufrimiento emocional.
Esta
particularidad convierte a Buenos Aires no solo en una capital cultural, sino
también en un laboratorio simbólico donde la introspección, el deseo y el
inconsciente siguen siendo parte del tejido urbano y de las formas en que las
personas buscan entenderse a sí mismas.
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