04/12/2023
Su fundadora, Adriana Molina, charló con El Bonaerense sobre la inspiradora historia de este proyecto que busca llevar alegría a los pacientes del hospital.
por
Julieta Aurilio
En el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, entre pasillos silenciosos y habitaciones llenas de incertidumbre, un grupo de mujeres se reúne con un propósito claro: llevar un rayo de luz y alegría a través de las palabras a los pacientes internados. Se hacen llamar "Cuentacuentos", y su fundadora, Adriana Molina, charló con El Bonaerense sobre la inspiradora historia de este proyecto que comenzó hace nueve años.
"Este proyecto comenzó hace 9 años como una
propuesta personal que realicé al hospital luego de haberme formado como
narradora oral y de haber dejado la escuela porque me jubilé como docente y
bibliotecaria. Comencé sola, yendo todas las semanas a contar a la sala
de Internación Pediátrica", cuenta Adriana.
Lo que comenzó como una iniciativa personal ha crecido hasta convertirse en un equipo de 30 personas, entre cuenteras para niños, para adultos y colaboradoras. Mujeres de distintas edades y profesiones, pero con el mismo objetivo y motivación: romper la rutina agobiante del hospital y convertir las habitaciones en sitios de juego y recreación.
"No leemos cuentos, los narramos", enfatiza Adriana. "Contamos las historias sin estar sujetas a las palabras del autor tal cual las escribió, sino que utilizamos las nuestras respetando la obra literaria".
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El proyecto ha evolucionado con el tiempo, y ahora las Cuentacuentos decidieron utilizar el libro de cuentos como soporte de la narración, mostrando las imágenes que contiene. Esto no solo revalora el objeto-libro, sino que también promociona la lectura y capta más la atención de los niños al momento de contar.
"Se trata de acercar historias que sirvan de puentes
entre el dolor, el miedo y la enfermedad con la fantasía", explica
Adriana. La temática de los cuentos solo descarta tres temas: la muerte, la
enfermedad y el abandono.
"En el caso de los cuentos para adultos, se seleccionan aquellos con contenido esperanzador, cómico y positivo, ya que los servicios que se visitan son sensibles como Oncología, Hemoterapia, Ginecología y Maternidad", detalla.
Pero el compromiso de las Cuentacuentos no se limita a las
historias dentro del hospital. También trabajan activamente en promocionar la
lectura. "Atendemos tres bibliotecas de estantes abiertos, distribuidas
en diferentes servicios. Además, todas las semanas, los niños se llevan de
regalo un libro a sus casas, formando así la biblioteca familiar",
destaca Adriana.
Durante el año, las Cuentacuentos no solo visitan las salas de los pacientes, sino que también organizan eventos especiales, como el día del libro, el día de las infancias, cumpleaños del grupo, Navidad y Reyes. Además, colaboran en jornadas institucionales cuando el hospital las convoca.
Esta iniciativa altruista ha trascendido las paredes del
Hospital General y se ha replicado en otras dos instituciones de salud: el
Hospital de LLavallol y el Hospital de Diagnóstico Inmediato (HDI) de
Temperley.
Adriana Molina y su equipo sueñan con que, con el correr
del tiempo, se abran espacios similares en ámbitos parecidos, llevando
esperanza y alegría a más personas que enfrentan momentos difíciles en su
salud.
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