05/06/2025
Según la NASA, el comportamiento de este agujero negro pone en cuestión las teorías actuales sobre la formación y evolución de estos cuerpos celestes.
Un reciente hallazgo de la NASA generó inquietud en la comunidad científica internacional. Se trata de un agujero negro supermasivo, denominado LID-568, que estaría consumiendo materia a una velocidad hasta 40 veces superior al llamado límite de Eddington, algo que pone en duda algunas de las teorías actuales sobre la formación de estos objetos extremos.
El fenómeno fue identificado mediante el
espectrógrafo de campo integral del instrumento NIRSpec, instalado en el
telescopio espacial James Webb. Este límite, establecido por el físico Arthur
Eddington, representa la máxima luminosidad que puede alcanzar un agujero negro
antes de que la presión de radiación impida que siga atrayendo materia.
LID-568, sin embargo, parece ignorar por completo esa regla.
Según informó la agencia espacial estadounidense, el
objeto se encuentra a unos 1.500 millones de años posteriores al Big Bang y
plantea serias preguntas sobre los modelos existentes que explican el
crecimiento de agujeros negros en las primeras etapas del universo.
La científica Julia Scharwächter, del Observatorio
Internacional Gemini/NSF NOIRLab, explicó que el proceso de alimentación
extremadamente acelerado que presenta LID-568 podría ayudar a entender por qué
se observan agujeros negros tan masivos en épocas tan tempranas de la historia
cósmica.
A diferencia de la mayoría de los agujeros negros
primitivos, que apenas emiten rayos X o directamente no lo hacen, LID-568
mostró un brillo excepcional en esa franja del espectro, lo que lo volvió aún
más llamativo para los astrónomos.
Una investigación publicada en Nature Astronomy detalla que la luminosidad de este agujero negro excede ampliamente los parámetros que manejaban las teorías actuales. Hyewon Suh, investigadora del NOIRLab en Estados Unidos, destacó que el descubrimiento fue posible gracias a la capacidad del telescopio James Webb, y que permitirá avanzar en la comprensión de estos objetos extremos y abrir nuevas líneas de exploración científica.
El comportamiento de LID-568 respalda la hipótesis
de que algunos agujeros negros pueden crecer de manera explosiva a través de
eventos de alimentación extremadamente intensos, independientemente de si su
origen fue una semilla pequeña o una más masiva.
Gracias a este descubrimiento, los especialistas
cuentan con una oportunidad única para investigar los mecanismos detrás del
crecimiento de estos colosos cósmicos y para mejorar los modelos que explican
su existencia en las etapas más remotas del universo.
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6 de junio de 2025
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