El actor del under sureño que logró conocer el mundo gracias al teatro

El Bonaerense habló con Javier Guerrero un vecino de la localidad de Banfield que ha dedicado su vida a la actuación. El arte lo atraviesa por las venas y desde el under llegó a cumplir muchos de sus sueños.

Hace un tiempo se difundió un mensaje del trapero argentino Duki, uno de los referentes de la música urbana actual, hablando de lo complejo que es tomar decisiones a la edad de colegio secundario . Muchas veces algunos critican al sistema educativo tradicional, pero pocos analizan lo complejo de definir tan chicos el camino a vivir el resto de la vida. Javier Guerrero es un artista consagrado de Banfield que tiene una historia muy acorde a esa reflexión.

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De chico, a los 14 años, inició un camino en el mundo de la actuación. Sin embargo, en el transcurso de vida intentó adentrarse en otras profesiones y que el teatro sea un pasatiempo. A pesar de ello, el tiempo fue acomodándolo nuevamente en el arte y, así, consiguió estar atravesado por su pasión todos los días de su vida. Obras, docencia y divertimento en redes sociales forman parte de su cotidianeidad.

"Arranqué a estudiar teatro a los 14 años, pero de una manera muy lúdica. No sabía que me iba a dedicar a eso. Cuando terminé el secundario me anoté en Derecho en la Universidad Nacional de Avellaneda y al mismo tiempo arranqué a trabajar en un teatro de capital. Pensé que iba a ser un pasatiempo, me encantaba pero no me imaginaba viviendo de eso".

Sin tener claro su futuro cercano, se animó a apostar por el corazón, aunque nunca dejó de buscar nuevas oportunidades. Dejó la facultad y se dedicó cinco años a trabajar haciendo obras para colegios, centros de jubilados y eventos. "Después empecé con teatro under y conseguí viajar. Tuve la suerte de participar en Degeneración una obra que gustó mucho. Entramos en un festival de Brasil, después llegamos a Europa. Estuvimos en Francia, Suiza y terminamos en Barcelona. Era la primera vez que cruzaba el charco".

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Nunca lo imaginó así, pero la vida lo asoció definitivamente con el escenario. De un momento a otro, su experiencia en el teatro lo llevó a explorar un mundo desconocido. "Después hice Cuarteto de Eduardo Rovner y fue una obra emblemática para mí. Volvimos a poder viajar. Estuvimos en Barcelona e Islas Canarias. Antes de la pandemia estuvimos en México con la una obra escrita por un amigo".

De esa manera, paso a paso fue construyendo una carrera de sueños cumplidos. Si bien nunca estuvo cercano al teatro comercial tradicional de Buenos Aires, por ejemplo, su vocación y dedicación lo reconfortaron con el tiempo. "Amo viajar y amo hacer teatro. Entonces viajar a hacer teatro fue tocar el cielo con las manos. Es como para un jugador de fútbol llegar a primera. Yo soy bicho de teatro. Muchas veces me han querido comparar firmar un contrato en una productora o esto y yo digo que sin dudas ésto fue lo mejor".

España, Brasil, Francia, Suiza, México, Colombia y Uruguay son algunos de los países que pisó para poder subirse arriba del escenario. A su vez, en 2019 se dio el lujo de actuar en el emblemático teatro Picadilly de la calle corrientes. No obstante, la pandemia cambió la realidad de muchos y a Javier lo impulsó a las redes sociales.

Docencia

En paralelo a su carrera artística, él fue construyendo una profesión dentro de la docencia. Como le ocurrió en la Universidad Nacional de Avellaneda, intentó con varios profesorados. Educación física y economía no fueron los suficientemente encantadores como lo es el arte. Sabía que quería vincularse con la docencia, pero no encontraba el ámbito adecuado.

"Aparte de preceptor doy clases de arte en un sexto año. Soy profesor de teatro y la materia arte la oriento a ese lado. Hacemos teatro de sombras, de títeres, de máscaras. Hacer el profesorado de teatro fue lo que más me gustó. Estoy desde 2007 en el colegio San Juan de la Cruz, el mismo que egresé en 2001. Tengo dos turnos de preceptor, doy dos horas de arte y sigo con el teatro".

Así, sus dos vocaciones se transformaron en una nueva pasión. Por la pandemia se distanció de los teatros y no podía pisar con frecuencia el colegio. Por ello, siguió el camino de muchos creadores de contenido. "Venía de estar en una obra en calle Corrientes y nos estaba yendo muy bien. Soy una persona muy apasionada por el teatro, llegué a hacer siete obras por año. Cuando nos encerraron dormí un montón los primeros días, pero a la semana no sabía que hacer. Vivo sólo y me ponía a actuar. Un día empecé a jugar con la cámara y fui probando en la edición de videos".

De esa manera, encontró una nueva faceta que ahora se le incorporó a la docencia y al teatro. La actuación delante de una cámara, pero con un formato breve y haciendo humor sobre la realidad de los profesores. "Los videos que hacía me causaban gracia, me gusta reírme de mi mismo. Se los mandaba a mis amigos". Sin embargo, no terminó de comprender la potencialidad de su contenido hasta que se lo mostró a sus colegas escolares.

"Un día lo mandé al grupo del colegio y me dijeron: "che Javier esto lo tenés que subir a las redes". Me animé y publiqué. Recibí muchos consejos de estudiantes y me guiaron en hacer más cortos los videos. Hoy me re divierte hacerlos, es una catarsis. A pesar de volver al teatro sigo haciéndolos. Me encanta leer los comentarios y hablar con los seguidores que me escriben. Siempre fue excelente la relación con la gente".

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Javier, el actor del under sureño que supo conocer el mundo con el teatro y tiene una profunda vocación en la docencia, ahora recorre miles de celulares a diario hermanando sus dos pasiones. "El primer video que subí se viralizó muchísimo y salió en varios canales de televisión. Yo trato de no ofender a nadie y hacer humor sano. Cuenta un poco la realidad de lo que estamos pasando". Los docentes se recontra identifican con los videos. Algunos de los cortos salieron de la Argentina, llegaron a Barcelona y Colombia", cerró.