19/06/2025
En algunos casos, incluso se accede a información biométrica o de geolocalización. Los especialistas recomiendan leer cuidadosamente los términos y evitar subir imágenes de menores. Lo que parece un juego puede comprometer seriamente la privacidad.
El uso masivo de plataformas basadas en inteligencia artificial generativa, como "Images for ChatGPT" de OpenAI, ha despertado tanto fascinación como preocupación entre usuarios y expertos en seguridad digital. Estas herramientas, que permiten transformar fotografías personales en versiones estilizadas al estilo del Studio Ghibli u otras estéticas visuales, se han popularizado rápidamente en redes sociales. Sin embargo, detrás de la experiencia recreativa, se ocultan riesgos significativos relacionados con la privacidad, la suplantación de identidad y la manipulación de datos biométricos.
María Isabel Manjarrez, investigadora del Equipo
Global de Investigación y Análisis de Kaspersky, advirtió que "al subir
nuestras fotos a este tipo de plataformas, perdemos control sobre su destino".
Muchas de estas imágenes, explicó, se almacenan en servidores de terceros sin
garantías claras sobre su uso posterior, quedando expuestas a potenciales
ciberataques o incluso siendo utilizadas para entrenar modelos de IA sin el
consentimiento explícito del usuario.
Una de las amenazas más preocupantes es la
falsificación de identidad. Las imágenes que los usuarios entregan
voluntariamente pueden ser aprovechadas para crear perfiles fraudulentos,
alimentar algoritmos de reconocimiento facial o incluso generar deepfakes contenidos
falsos creados con inteligencia artificial que simulan de forma verosímil la
apariencia o voz de una persona. Este tipo de prácticas ha afectado no solo a
ciudadanos comunes, sino también a figuras públicas y autoridades, cuya imagen
ha sido manipulada con fines políticos, comerciales o delictivos.
Los expertos en ciberseguridad coinciden en que la falta de conciencia sobre los riesgos digitales va de la mano con la rápida adopción de estas tecnologías. En el entusiasmo por sumarse a tendencias virales, muchos usuarios no se detienen a leer las políticas de privacidad ni a cuestionar quién tiene acceso a sus datos. "La mayoría desconoce que su imagen puede ser almacenada indefinidamente, compartida con terceros o utilizada para otros fines sin su conocimiento", subrayó Manjarrez.
Entre los peligros más frecuentes se encuentran la
creación de contenido falso que comprometa la reputación de las personas, el
entrenamiento de sistemas de inteligencia artificial sin autorización, la venta
de datos biométricos y la utilización de fotografías para evadir mecanismos de
autenticación facial, ampliamente usados en servicios bancarios y plataformas
de acceso seguro.
Ante este panorama, los especialistas recomiendan
una serie de medidas de precaución: evitar subir imágenes de alta calidad a
aplicaciones desconocidas, limitar el uso de fotografías personales en
plataformas no oficiales, revisar siempre los términos y condiciones antes de
aceptar su uso, y, sobre todo, pensar dos veces antes de participar en desafíos
virales que involucren información sensible.
La expansión de herramientas de inteligencia
artificial generativa representa sin duda una nueva etapa en la relación entre
tecnología y creatividad, pero también exige que los usuarios asuman un rol más
activo y consciente en la protección de su identidad digital. Como advierten
los profesionales de ciberseguridad, el problema no es la herramienta en sí,
sino cómo y con qué nivel de responsabilidad se la utiliza.
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