01/07/2025
El fenómeno alcanzó una magnitud de 4,6 en la escala de Richter y se sintió en toda la región. Hay preocupación por las 485.000 personas que residen en la denominada "zona de riesgo".
La tierra volvió a estremecer la región de Nápoles en la mañana del lunes, cuando un sismo de magnitud 4,6 sacudió los Campos Flégreos, una zona volcánica altamente inestable al oeste de la ciudad. El epicentro fue localizado en el mar, frente a Bacoli, a una profundidad de casi cinco kilómetros. La magnitud estimada, de confirmarse, igualaría a la del terremoto más fuerte registrado en décadas, ocurrido en marzo de este mismo año.
El movimiento telúrico se percibió en toda el área
metropolitana de Nápoles, incluyendo barrios céntricos y zonas periféricas.
"Las casas temblaron como hojas", relató un residente. Aunque no se reportaron
víctimas ni daños estructurales de consideración, se produjo un desprendimiento
rocoso en Punta Pennata. Las autoridades locales activaron de inmediato los
protocolos de emergencia y muchos habitantes, alarmados, salieron a las calles.
Edoardo Cosenza, concejal de Protección Civil de Nápoles, señaló que la profundidad del sismo ayudó a mitigar sus efectos, aunque la intensidad y la duración provocaron una respuesta de emergencia significativa. En Pozzuoli, uno de los municipios más expuestos, el alcalde Luigi Manzoni ordenó patrullajes preventivos y habilitó zonas de espera ante posibles réplicas. "Estamos atentos, aunque no hay daños. Es una situación que debemos seguir minuto a minuto", expresó.
El sismo también afectó el sistema de transporte. Se
suspendieron temporalmente las salidas de trenes desde la estación central de
Nápoles y se interrumpieron los servicios en las líneas 1 y 6 del subte,
mientras se llevaban a cabo controles estructurales. A pesar de que las
operaciones se retomaron con rapidez, el temor volvió a instalarse entre la
población.
El fenómeno se enmarca en el contexto de una fase
activa del llamado "bradisismo", un proceso geológico típico de los Campos
Flégreos que implica el ascenso o descenso gradual del terreno debido a la
presión volcánica subterránea. Aunque la actividad sísmica había disminuido en
las últimas semanas, este nuevo temblor renovó la preocupación de expertos y
autoridades.
En mayo, la región ya había vivido una jornada particularmente intensa, con 35 sismos en menos de 24 horas, incluido uno de magnitud 4,4. Ese episodio provocó evacuaciones, cierre de escuelas y paralización de servicios, reflejando la fragilidad del sistema de respuesta ante crisis naturales de esta magnitud.
Los Campos Flégreos están considerados una de las
áreas volcánicas más peligrosas del mundo. En esta región densamente poblada
viven unas 485.000 personas, y alrededor de 80.000 residen dentro de la caldera
volcánica. Localidades como Pozzuoli y Bacoli, junto con barrios del oeste de
Nápoles, forman parte del área de mayor exposición.
Desde hace dos décadas, los especialistas del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) monitorean una crisis sísmico-volcánica en evolución. Según datos del organismo, el suelo se ha elevado más de 1,4 metros desde 2005, con un ritmo de deformación actual que ronda los 1,5 centímetros por mes. En los picos de actividad, este valor ha llegado a cuadruplicarse.
Ante este escenario, el plan de evacuación contempla
la reubicación de hasta medio millón de personas en 72 horas. Sin embargo, las
simulaciones y antecedentes recientes revelan múltiples dificultades
logísticas: embotellamientos, rutas saturadas y desplazamientos a pie en zonas
sin acceso vehicular. Aunque por ahora no hay indicios claros de una erupción
inminente, la vigilancia permanece activa y la incertidumbre, latente.
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