24/08/2023
Llegó hace seis años de su país y se instaló en el partido de Quilmes, donde encontró a través de la iglesia bautista una forma para mejorarle la vida a muchos chicos carenciados del barrio. Mirá la entrevista que le hizo El Bona TV.
Luis Alfredo Silva nació en Venezuela, pero hace seis años que encontró su lugar en el mundo en Argentina, donde tiene su empresa de envíos, asiste semanalmente a la iglesia y se hizo querer dentro de la comunidad.
Este joven, conocido como Luisito, vive en el partido de Quilmes y trascendió por su corazón solidario. Hace un año que ayuda a los niños de Villa Itatí, uno de los lugares más carenciados del sur del Conurbano bonaerense.
"Encontramos un lugar donde hay mucha necesidad", explica, de visita en los estudios de El Bona TV.
"Veníamos recogiendo muchas donaciones entre los venezolanos y tomamos la iniciativa el año pasado. A través de mi empresa le pregunto a mis clientes si tienen algo para donar y posteriormente vamos a recogerlo para entregárselo a los niños más necesitados de la villa", explica.
"Nuestra idea es expandirnos a más lugares. Ahora estamos solo por zona sur porque somos pocas personas y es mucho trabajo", agrega.
Luisito se conectó con Villa Itatí a través de la iglesia Bautista Don Bosco, de la localidad de Bernal, que atiende a más de 100 chicos de entre 4 y 18 años. Además de ayudarlos con ropa y otros elementos, los niños reciben educación bíblica.
"Sabemos que viven todo tipo de realidades, tienen muchas carencias a nivel familiar y a través de la palabra de Dios tratamos de que tengan una visión diferente y un ánimo diferente", sostiene.
Todos los sábados en la parroquia ubicada en la calle Chacabuco al 800 reciben la prédica y también alimentos y juegos.
"Son niños muy agradecidos, están alegres. Hoy en día nosotros nos podemos quejar por muchas cosas a pesar de estar bien y no agradecemos lo que tenemos y vamos detrás de cosas que no tenemos aún, sobre todo en lo material, y lo que tenemos no lo disfrutamos. Ellos ves que con lo poco que tienen son felices", reflexiona.
"Hay mucha gente que ayuda y las redes sociales han sido un boom. La comunidad venezolana se ha portado muy bien con los niños", agrega.
"Esto me ha servido para ser agradecido con lo que tengo. Ver a estos chicos en la iglesia, compartir con ellos, es un impacto fuerte. Doy gracias a Dios que, a través de estas donaciones, podemos llegar a ellos de alguna manera", reconoce.
"Le debo mucho a este país, porque nos ha recibido con los brazos abiertos. Acá nos quieren muchísimo y no hay xenofobia", cierra.
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24 de marzo de 2025
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