02/06/2025
Directivos y especialistas advierten sobre el aumento de casos en los que estudiantes ingresan armados a los colegios. Señalan que se trata de jóvenes atravesados por contextos de violencia, exclusión social y falta de contención institucional. Reclaman políticas públicas urgentes para prevenir tragedias.
La presencia de armas en manos de adolescentes dentro de las escuelas ha encendido las alarmas en distintas regiones del país. Durante los últimos meses, autoridades educativas y fuerzas de seguridad han reportado un incremento en los casos de estudiantes que ingresan al aula portando cuchillos, armas de fuego o elementos punzocortantes, lo que ha generado una fuerte preocupación en comunidades escolares y organismos de protección infantil.
Especialistas advierten que muchos de estos jóvenes
atraviesan situaciones de vulnerabilidad social, violencia doméstica o
trastornos de salud mental no tratados, lo que los coloca en una situación de
riesgo tanto para ellos mismos como para su entorno. "No se trata solo de un
tema de seguridad, sino de salud pública. Hay una desconexión grave entre los
adolescentes y los sistemas de contención", señaló Claudia Gómez, psicopedagoga
y asesora en programas de convivencia escolar.
Los episodios más recientes, registrados en escuelas
secundarias, han llevado a suspensiones preventivas de clases, revisión de
mochilas, y la implementación de protocolos de emergencia. En algunos
distritos, padres y docentes han comenzado a organizarse para exigir mayor
presencia de profesionales de salud mental en las instituciones educativas y
capacitaciones permanentes en prevención de violencia.
Directores escolares reclaman una respuesta articulada entre los ministerios de Educación, Salud y Seguridad. "Estamos trabajando con recursos limitados. Necesitamos equipos de orientación estables, presencia del Estado y canales de denuncia eficaces", expresó un rector de una escuela afectada por un incidente con arma blanca en el aula.
Mientras tanto, el temor se multiplica entre las familias.
Algunos padres ya han optado por no enviar a sus hijos a clase tras enterarse
de amenazas o publicaciones en redes sociales que circulan entre los
estudiantes. El Ministerio de Educación ha anunciado que reforzará las medidas
de contención y prevención, aunque aún no hay detalles claros sobre los plazos
de implementación.
La situación refleja una realidad compleja que
interpela no solo a las escuelas, sino a toda la sociedad: cómo acompañar a una
generación que crece bajo múltiples presiones, con acceso fácil a armas y cada
vez menos espacios de contención emocional.
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3 de junio de 2025
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