El lugar es el más conocido y concurrido por los matanceros, sin embargo, la fila para la guardia pone furiosas a las familias.

Vecinos denuncian varias horas en la espera de la sala de guardia para ser atendidos por un especialista. Esta vez, pediatría. En estación casi invernal, crecen los casos de resfriados, gripes y hasta bronquitis y neumonías, por eso, en caso de síntomas, las mamás acuden rápidamente a un hospital cercano. Lamentablemente, el centro de salud de la matanza no está en condiciones de recibir a los pequeños pacientes.

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El mencionado hospital está ubicado sobre la calle Granada 4175, correspondiente a la localidad de San Justo, allí ingresan chicos para ser asistidos por una pediatra pero la espera es infernal. La gente se impacienta y reclama ante la falta de atención mediante golpes en la puerta y hasta gritos de cansancio. 

Por su parte, desde la institución solo sostienen que hay que tener paciencia. El problema no es de estas últimas horas, los hospitales públicos cuentan con solo un médico de guardia generalmente, por lo que sí hay una urgencia, los demás casos deberán esperar horas hasta que el especialista se libere. 

Mientras tanto, abundan las enfermeras, quienes tienen un trato limitado, ya que no se les permite medicar  a los pacientes. Ante esto, es sumamente necesaria la supervisión de un médico, en este caso, pediatra, pero desde el lugar, municipio o sector salud, nadie se hace responsable. 

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En este sentido, Cristian, vecino de La Matanza, agregó su testimonio sobre el hospital Balestrini, ubicado en  Ciudad Evita. “Dan turnos de todas las especialidades el mismo día y admisión empieza atender a las 8 de la mañana. El domingo hay gente que viene a dormír para poder sacar turno”. 

En épocas de tecnologías, el sistema de salud quedó bastante viejo ya que ni siquiera toman turnos por telefonos, y no solo en grandes hospitales sino también en pequeñas salas de barrio.

La salud, que es un derecho de todos los ciudadanos, es obstaculizada por la falta de personal. Hasta el momento, los vecinos continúan esperando mientras que el Municipio y Salud hacen oídos sordos a las quejas.