17/11/2023
Cada 17 de noviembre se conmemora el día Internacional del Cáncer de Pulmón, donde el tabaquismo es un factor de riesgo para contraer estas dificultades de salud.
La conexión entre el cáncer de pulmón y el tabaquismo se mantiene inalterable, según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que el 48% de los hombres y el 10% de las mujeres a nivel global son fumadores. El cáncer de pulmón sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en hombres y la segunda en mujeres a nivel mundial.
En Argentina, la situación no es diferente, con más de 12.000 casos diagnosticados al año y proyecciones que indican un posible aumento del 20% para el año 2030. El tabaquismo es responsable del 85% de todos los casos de cáncer de pulmón, según la OMS.
La situación se complica aún más al considerar el riesgo para los fumadores pasivos, aquellos expuestos al humo producido por la combustión del cigarrillo y del tabaco. Este grupo también enfrenta graves consecuencias para la salud pulmonar.
El cáncer de pulmón, en sus primeros estadios, tiende a ser asintomático, lo que dificulta su detección temprana. Los síntomas, cuando se manifiestan, son a menudo vagos e inespecíficos, contribuyendo a que la enfermedad sea diagnosticada en etapas avanzadas. Algunos indicadores para buscar atención médica incluyen tos persistente, expectoración con sangre, dolor de pecho, pérdida de peso inexplicada, dificultad para respirar y cambios en la voz.
El cáncer de pulmón es especialmente desafiante de diagnosticar en sus etapas iniciales, pero estudios de imágenes como radiografías torácicas o tomografías de baja radiación pueden contribuir a su detección, según la recomendación médica.
Si bien el tabaquismo lidera la lista de factores de riesgo, existen otros elementos que pueden contribuir al desarrollo del cáncer de pulmón. La contaminación del aire, la exposición prolongada a sustancias nocivas, antecedentes familiares, edad avanzada y la aspiración continua de humo de leña son algunos de estos factores.
En cuanto a la prevención, se destacan acciones como la concientización sobre los riesgos del tabaquismo y la exposición al humo, así como evitar la exposición a la combustión de hidrocarburos en ambientes cerrados y abordar la contaminación ambiental.
La prevención secundaria se centra en el screening dirigido a poblaciones de riesgo, como personas entre 40 y 50 años con antecedentes de tabaquismo o que han dejado de fumar recientemente. Un diagnóstico temprano, facilitado por la detección precoz a través de tomografías de baja radiación, aumenta las posibilidades de tratamiento exitoso.
El cáncer de pulmón, detectado en estadios tempranos, puede tratarse quirúrgicamente con éxito de curación en aproximadamente el 20% de los casos. La medicina ofrece también opciones como quimioterapias y radioterapias para abordar esta enfermedad.
Además, se han desarrollado tratamientos dirigidos contra blancos moleculares específicos, permitiendo medicar de manera localizada en mutaciones identificadas. La inmunoterapia, un enfoque novedoso, ha demostrado extender la vida de muchos pacientes afectados por este tipo de cáncer.
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En resumen, mientras la conexión entre el cáncer de pulmón y el tabaquismo persiste, la prevención, la detección temprana y las opciones de tratamiento ofrecen esperanza en la lucha contra esta enfermedad devastadora. La concientización y la adopción de hábitos saludables son cruciales para reducir la incidencia de este tipo de cáncer en la sociedad.
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