Nuevas revelaciones en la causa de robo de cocaína de un depósito de Gendarmería en Zárate

Un hecho de corrupción y narcotráfico salpica la Gendarmería Nacional, luego de que cinco agentes de la fuerza fueran detenidos al ser acusados de robarse 15 ladrillos de cocaína de un depósito ubicado en el partido de Zárate.

La investigación del hecho, que se dio a conocer en los primeros días del mes, avanzó con el paso del tiempo y ahora se conocieron más detalles de la causa impulsada por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay.

El cargamento de 26,730 kilos de cocaína había sido incautado y puesto a resguardo el 23 de junio pasado en el Depósito Judicial del Escuadrón 63 "Zárate -Brazo Largo", tras un operativo sobre la ruta 9.

En teoría iba a quedar a resguardo en ese lugar, porque el 2 de septiembre se descubrió el faltante de 16 kilos del polvo blanco que estaba guardado en una caja rotulada como "efecto nro. 469".

En ese momento, se detuvo a cinco integrantes de Gendarmería que estaban sospechados de haber cometido el robo.

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Recientemente, luego de que avance la investigación judicial, se conocieron más detalles de la causa. Según detalla el portal Infobae, hay dos agentes de alto rango del Grupo de Criminalística y Estudios Forenses del Escuadrón que están señalados como los responsables del hurto.

Se trata del segundo comandante Nicolás Martín Rolleri y el alférez Andrés Gustavo Ismael Dávalos, quienes recibieron prisión preventiva por "sustracción de efectos secuestrados -peculado-, tráfico ilícito de sustancias estupefacientes con fines de comercialización, agravado por ser cometido por un funcionario público encargado de la prevención o persecución de esta clase de delitos y falsedad ideológica".

Además, ambos fueron embargados por $25 millones y $30 millones, respectivamente, mientras avanza la causa.

Por su parte, los otros tres gendarmes involucrados son (el sargento primero Ariel Alejandro Cruz, el cabo primero César Manuel Rengifo y la cabo primera Silvia Alejandra Clapier) quedaron en libertad, aunque siguen imputados.

El juez cree que contribuyeron a que se cometa el robo y "acordaron no denunciar los hechos ilícitos de los que habían tomado conocimiento, y al mismo tiempo se propusieron ocultar, alterar o hacer desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos de un delito", según se detalla en la resolución del magistrado.

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Según la denuncia, cuatro días después del robo, Dávalos le solicitó a uno de los cabos que estaba a cargo de la custodia del cargamento secuestrado que se presentara a su oficina. Allí le comentó que había un faltante: "¿Qué podemos hacer?", le preguntó, ante la incredulidad de su subalterno.

Horas más tarde le dio los pasos a seguir: "Vamos a hacer esto, yo voy a hacer la pericia, voy a firmar como que están los 25 paquetes acá, voy a mandar al laboratorio las muestras para que ellos remitan la cantidad de pureza que acabo de decir y yo voy a presionar como que se haga la quema y ahí es como que nunca pasó nada, que se quemaron los 25 paquetes", explicó.

"Está de más que te diga que no le tenés que decir a tu mujer, tus familiares", remarcó, según se detalla en la causa.

Posteriormente, el paquete pasó a manos de Dávalos, en una maniobra para quedarse con la caja y acceder al total del contenido.

Lo llamativo es que, días después, desapareció la llave de acceso al depósito. Entonces llamaron a un cerrajero, cuya labor quedó registrada en el libro de visitas y en la factura que abonaron. A pesar de que la cerradura se cambió, nunca se pudo hallar al trabajador, cuya tarea los investigadores creen que fue con el fin de justificar los movimientos irregulares.

Por lo pronto, el juez González Charvay le pidió a Asuntos Internos de la Gendarmería que realice un arqueo de toda la dependencia para chequear que no existieran más faltantes.