12/06/2025
Hace un siglo, Boca y Bayern Múnich se enfrentaron por primera vez en un partido que quedó en la historia del fútbol. Ahora, estos dos gigantes vuelven a cruzar caminos en la Copa Mundial de Clubes, esta vez en el Hard Rock Stadium de Miami. Recordemos qué pasó aquella tarde en el Grünwalder Stadion, la casa de los bávaros hasta 1972.
En 1925, el fútbol argentino dio un paso trascendental: por primera vez, un equipo del país se atrevía a cruzar el Atlántico para medirse con clubes europeos. No se trataba de una selección nacional ni de un combinado de estrellas, sino de Boca Juniors, que tomó la iniciativa ante la falta de consenso entre las autoridades futbolísticas para organizar una gira internacional.
El contexto era propicio. Un año antes, en los
Juegos Olímpicos de París, Uruguay había asombrado al mundo y ganado la medalla
de oro, consolidando la idea de que el fútbol sudamericano podía competir al
más alto nivel. En la Argentina, ese hito alimentó el deseo de mostrarse en el
exterior, pero las dificultades logísticas y la falta de profesionalismo hacían
complicada la planificación de un viaje tan ambicioso.
Boca, que ya venía de ganar los campeonatos de 1923
y 1924 de la Asociación Argentina, asumió el desafío. Organizó y financió una
gira por Europa que incluía escalas en España, Alemania y Francia, con partidos
frente a rivales de renombre como Real Madrid, Atlético de Madrid y Bayern Múnich.
La gira no solo fue una decisión deportiva, sino también un acto de audacia
institucional.
Tras una sólida actuación en territorio español,
donde disputó 13 encuentros, ganó 10 y perdió solo 3, el equipo llegó a
Alemania con gran expectativa. El 9 de mayo de 1925, Boca se convirtió en el
primer club argentino en jugar en suelo alemán. El rival era el Bayern Múnich.
El partido, disputado en el Grünwalder Stadion ante tribunas colmadas, terminó
1-1. Manuel Seoane abrió el marcador para Boca a los 16 minutos, pero
Hutstteiner igualó para los locales a los 36.
Seoane, apodado "La Chancha", era uno de
los refuerzos que el club había sumado especialmente para la gira. Goleador del
equipo con 12 tantos, provenía de El Porvenir y más adelante sería figura en
Independiente. Junto a él, también se incorporaron Octavio Díaz (Rosario
Central), Cesáreo Onzari (Huracán), Luis Vaccaro (Argentinos Juniors) y Roberto
Cochrane (Tiro Federal).
El empate frente al Bayern dejó una huella profunda.
Fue un encuentro intenso, con situaciones de peligro en ambos arcos y un clima
vibrante. A diferencia de algunas canchas españolas donde había jugado el
equipo, el estado del campo en Múnich era óptimo, ideal para desplegar un buen
juego. La actuación de Boca despertó el entusiasmo de muchos aficionados
alemanes, que colmaron el estadio e incluso se quedaron sin poder ingresar.
Curiosamente, antes de llegar a Alemania, la delegación tuvo una escala prevista en Francia, pero los partidos allí fueron cancelados por decisión de los dirigentes locales. Las razones nunca quedaron claras, aunque se especuló que las derrotas sufridas por Boca en Bilbao desalentaron a los organizadores franceses.
Los resultados en España habían sido, en cualquier
caso, muy favorables: victorias ante Celta de Vigo (3-1), Deportivo La Coruña
(3-0 y 1-0), Atlético de Madrid (2-1), Real Madrid (1-0), Sociedad Gimnástica
(1-0), Osasuna (1-0), Espanyol (1-0 y 3-0) y un combinado catalán (2-0). Las
únicas derrotas fueron frente al Celta (en el segundo cruce), Real Unión de
Irún y Athletic Bilbao.
Tras el empate ante Bayern, la gira por Alemania
continuó con más triunfos. Boca venció a Nord West (3-0), Spielvereinigung
(7-0), un combinado de Frankfurt (2-0) y al Eintracht Frankfurt (3-0),
consolidando su imagen de equipo competitivo y ambicioso.
El impacto de aquel primer duelo entre Boca y Bayern
perduró en el tiempo. Tanto es así que, en febrero de 2018, el club alemán
publicó un mensaje en redes sociales que decía: "Ya es hora de un desempate,
¿verdad, Boca?", en referencia a ese histórico 1-1 de 1925.
Aunque hasta hoy no se ha concretado un nuevo
encuentro que salde aquella igualdad, sí hubo otros enfrentamientos. En 1967,
Boca venció 1-0 al Bayern en el torneo Joan Gamper, en Barcelona. Y en 2001,
los alemanes se impusieron por 1-0 en la final de la Copa Intercontinental
disputada en Tokio, con gol de Samuel Kuffour en tiempo suplementario, en un
partido muy discutido por decisiones arbitrales que aún generan polémica.
Más allá de los resultados, lo cierto es que aquella
gira de 1925 marcó el comienzo de una nueva era. Un club argentino demostró que
era posible competir con los grandes de Europa y abrió un camino que, con el
tiempo, otros seguirían. Fue mucho más que una serie de amistosos: fue una
afirmación de identidad, coraje y ambición.
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