Calor extremo: se secó casi por completo la Laguna de Gómez

La sequía extrema convirtió a la emblemática Laguna de Gómez, situada en el partido bonaerense de Junín, aproximadamente a 270 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en un gran desierto.

La Laguna de Gómez, que en el pasado fue un destino turístico destacado de la región, ahora muestra un paisaje desolador de tierra agrietada que se extiende aproximadamente sobre unas 6.000 hectáreas, con solo una pequeña área de agua dispersa que aún persiste.

El fenómeno climático de La Niña, que se prolongó durante el año 2023, provocó una drástica disminución en las lluvias, lo que no solo afectó a esta laguna, sino también a otras importantes reservas de agua dulce en la zona. Entre ellas se encuentran Mar Chiquita, Carpincho y Los Patos, todas parte de la cuenca del Río Salado.

La Laguna de Gómez antes era un importante destino turístico reconocido por sus actividades de pesca embarcada, deportes náuticos y rica diversidad de aves con más de 250 especies. Actualmente, en su lugar predominan las malezas y los pajonales, siendo estos los únicos vestigios de vida en un paisaje cada vez más árido.

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Estas transformaciones no solo muestran el cambio ambiental radical, sino que también representan el desafío que enfrenta la comunidad local para adaptarse y perseverar en un entorno cada vez más desafiante. La visión de un futuro incierto y la lucha por restaurar un ecosistema vital sirven como un llamado de atención sobre la fragilidad de los entornos naturales frente a la variabilidad climática extrema.

Los cuerpos de agua continúan su deterioro, con informes de un retroceso de más de 100 metros de la línea costera en ciertas áreas, lo que pone de manifiesto la gravedad del déficit hídrico que afecta a la localidad y sus alrededores.

La sequía afecta de manera directa la agricultura y la ganadería, sectores en los que se observa una disminución crítica en la siembra y el estado de los cultivos. "Es una zona que está teniendo muy pocas precipitaciones. Y por más que haya llovido algo localmente eso no llega a llenar la laguna. Va a pasar tiempo para que vuelva a la normalidad", señaló Alejandro Signorelli, ingeniero agrónomo y jefe regional del INTA con sede en Junín, al diario local Democracia.

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El especialista agregó que este pronóstico sugiere un panorama desalentador para los próximos meses, ya que las expectativas de recuperación no son inmediatas, el retorno a la normalidad podría no darse hasta la primavera del próximo año o incluso el verano de 2024-2025.

A estas alturas del año, la siembra de trigo y maíz enfrentó retrasos significativos, y la condición de los cultivos es entre regular y mala. La Federación Agraria de Junín y otras entidades han señalado que las escasas lluvias resultaron insuficientes para revertir esta tendencia, agravada por las altas temperaturas y la falta de aportes externos de agua.

En otras zonas como Carlos Tejedor, las consecuencias de la sequía generaron la muerte de animales, y la necesidad de adquirir agua y forraje para el ganado, debido a la insuficiencia de recursos naturales.

En cuanto a los efectos socioeconómicos de la sequía, el impacto en la agricultura es preocupante. Varios productores agropecuarios coinciden en que, si no llueve en los próximos días, los cultivos sufrirán un estrés hídrico muy fuerte debido a los calores extremos que se esperan.