14/11/2025

Exclusivo

"Que no se arregle con plata, como pasa siempre acá": el crimen de Agustín en La Plata y el entramado de poder lo rodea

En exclusiva con El Bonaerense, Abril Fredes -prima de Agustín González, el joven asesinado en Tolosa- reconstruyó minuto a minuto cómo actuaron los agresores, quiénes son los implicados y el clima de violencia e impunidad que, asegura, reina en la zona. La familia denuncia vínculos narcos, protección política y una causa que avanza sin apoyo municipal.

El crimen de Hugo Agustín González, de 22 años, estremeció al barrio El Churrasco de Tolosa y volvió a exponer una problemática que crece sin freno en La Plata: la combinación de violencia urbana, circulación de armas, narcotráfico barrial y jóvenes con antecedentes que se mueven con absoluta libertad.

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Agustín fue asesinado de dos disparos -uno en la cabeza y otro en la espalda- tras un conflicto que ni siquiera lo involucraba directamente. Hoy, mientras dos de los imputados se entregaron, un tercero permanece prófugo. La familia reclama justicia y denuncia la influencia que tendría el entorno del principal acusado.

En diálogo exclusivo con El Bonaerense, Abril Fredes, prima de la víctima, reconstruyó lo ocurrido y reveló el trasfondo del caso.


"LO AMENAZÓ UN DÍA ANTES Y VOLVIÓ ARMADO": CÓMO FUE EL CRIMEN

Abril relata que todo comenzó el sábado previo al asesinato, durante una fiesta en la zona de 115 y 521, un punto frecuente de reuniones nocturnas: "Había una joda en el barrio. Estaba Mulla -un amigo de mi primo- y uno de los implicados, Damián Valenzuela. Valenzuela estaba borracho, había consumido sustancias, y Mulla lo jodía, le pegaba, le sacaba la visera. Ahí Valenzuela le dijo: 'Acordate de mi cara, yo voy a volver'".

Según contó, el domingo Valenzuela pasó toda la tarde recorriendo el barrio para encontrar a Mulla. "Cuando lo encuentra, mi primo Agustín estaba ahí. Se cruzan, Agustín le saca la visera y se la devuelve. Y Valenzuela le dice: 'Yo soy la Mía Valenzuela del barrio La Favela, acordate de mi cara'".

Tras ese cruce, Valenzuela se retiró con Santino Piedrabuena y Gonzalo Albornoz. Minutos después volvieron armados. "Van, buscan una pistola y vuelven. Le dieron un tiro en la cabeza y uno en la espalda. Tenemos videos: se ve cuando llegan, cuando le disparan y cómo cae".

Dos de los imputados -Piedrabuena y Valenzuela- se entregaron. El tercero, Gonzalo Albornoz, sigue prófugo.


Si bien dos sospechosos se entregaron por la presión mediática, la familia sigue en la calle reclamando.

LOS ACUSADOS, EL BARRIO Y EL PODER: "SE MANEJABAN COMO SI NADA"

Sobre los agresores, Abril asegura que ninguno tenía empleo formal: "No trabajaban. Albornoz tiene pedido de captura. Y el padre de Santino Piedrabuena tiene varios boliches en La Plata. Es conocido".

También señala un entramado de poder que, según la familia, complica el avance del caso: "El padre de Santino distribuye drogas acá. Tiene antecedentes. En 2016 estuvo involucrado en el caso de Emilia Uscamayta Curi, cuando murió en una fiesta clandestina. Le dieron domiciliaria nada más. Acá todo se arregla con plata".

La dinámica de esa noche también revela la libertad con la que se movían: "Al principio andaban en tres motos. Cuando fueron a buscar el arma, volvieron en dos. Todo quedó registrado en cámaras y hay testigos".


Santiago Piedrabuena, padre de uno de los jóvenes sospechosos. Empresario de la noche platense con lazos en el poder local, el sindicalismo, y el narcotráfico.

ABANDONO OFICIAL Y UN PEDIDO URGENTE: "NO ERA UN CHORRO, ERA UN PIBE TRABAJADOR"

La familia no recibió apoyo político ni municipal: "Nadie se comunicó. Ni Alak, ni el municipio. A nadie le importó. Llamamos a los medios y tampoco nos daban bola".

Sobre el dolor por la pérdida de Agustín, Abril remarca quién era él: "No era un delincuente, no era un transa. Era un pibe trabajador. Entraba a las siete de la mañana, salía a las dos de la tarde. No andaba en nada raro".

El pedido es claro y urgente: "Sólo queremos justicia. Que no se arregle todo con plata, como pasa siempre acá. Queremos que los tres queden presos. Y que detengan al que falta".

UN CRIMEN QUE DESENMASCARA LA PROBLEMÁTICA IMPARABLE EN LA PLATA

El crimen de Agustín expone una realidad que en La Plata ya nadie puede negar: narcotraficantes barriales, pibes armados con antecedentes y una impunidad que crece al amparo del poder. Mientras los violentos se mueven con total libertad, el Estado llega tarde -o no llega- y las familias se quedan solas.

La ausencia del municipio y del intendente Julio Alak en un caso atravesado por armas, drogas y vínculos conocidos en la noche platense profundiza la sensación de abandono. En Tolosa y tantos barrios, la calle parece en manos de quienes manejan la violencia, no de quienes deberían frenarla.

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Hoy, con dos detenidos y un prófugo, la familia de Agustín solo pide lo esencial: justicia, presencia y que la impunidad no vuelva a ganar.

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