16/06/2025
Denunciaron que la policía de Mar del Plata, a cargo de Guillermo Montenegro, los abandonó y por eso decidieron hacer justicia por mano propia.
El robo ocurrió el viernes por la noche en Nueva Pompeya, Mar del Plata
Los ladrones interceptaron al repartidor con un arma en Brandsen y Funes
La víctima alertó a sus compañeros por WhatsApp y activaron el GPS de la moto
Organizaron una caravana y hallaron el vehículo en El Martillo
Un joven repartidor fue víctima de un violento asalto en Mar del Plata el pasado viernes por la noche, cuando un grupo de delincuentes armados le robó la moto con la que trabajaba. El hecho ocurrió en la intersección de las calles Brandsen y Funes, en el barrio Nueva Pompeya. Sin embargo, lo que parecía terminar en una pérdida material y laboral, terminó con un giro inesperado gracias a la solidaridad y rápida acción de sus compañeros de trabajo.
Tras el robo, el repartidor alertó a sus colegas a través de un grupo de WhatsApp. Inmediatamente, decenas de repartidores se organizaron en caravana y comenzaron a buscar el vehículo usando el sistema de GPS instalado en la moto.
?Le robaron la moto a un repartidor y sus compañeros la recuperaron en caravana
— El Bonaerense (@elbonanews) June 16, 2025
?Denunciaron que la policía de Mar del Plata, a cargo de Guillermo Montenegro, los abandonó y por eso decidieron hacer justicia por mano propia.#Repartidores #MarDelPlata #Robo #MotoRobada... pic.twitter.com/xYuAXAYqWe
Los repartidores se dividieron en grupos para rastrear la ubicación del rodado, que los llevó hasta un descampado en el barrio El Martillo. El lugar, con calles de tierra y escasa iluminación, fue donde finalmente hallaron la moto abandonada, con el traba volante colocado y sin las llaves.
Todo el operativo fue grabado por uno de los trabajadores y difundido en redes sociales. En las imágenes se los puede ver avanzando en caravana por la ciudad y cuestionando la demora en la respuesta policial.
Finalmente, tras media hora de búsqueda, la policía llegó al lugar junto con otro grupo de deliverys y procedió al secuestro del vehículo para su posterior devolución al dueño, quien pudo volver a trabajar ese mismo fin de semana.
Este caso puso de manifiesto tanto el nivel de inseguridad que enfrentan los trabajadores de delivery como la solidaridad que reina entre ellos. A pesar de la violencia del robo, la rápida reacción y la coordinación grupal permitieron un final feliz y sin heridos.
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