Violento ataque a una sede sindical: la CGT denunció un mensaje de intimidación

Un grave episodio de violencia sacudió al sindicalismo en la madrugada del domingo, cuando un grupo de personas encapuchadas atacó una sede gremial ubicada en avenida Juan de Garay al 370/371, en el límite de los barrios porteños de La Boca y San Telmo. El hecho ocurrió alrededor de la 1.30 y tuvo como blanco principal la oficina del dirigente Cristian Jerónimo.

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Según confirmaron desde la CGT, el propio Jerónimo se encontraba dentro del edificio al momento del ataque. La magnitud de los destrozos y la forma en que se desarrolló el ingreso encendieron las alarmas y llevaron a la central obrera a denunciar un posible mensaje de intimidación política.

UN INGRESO PLANIFICADO Y DESTROZOS EN TODO EL EDIFICIO

De acuerdo con la denuncia, los agresores accedieron a la sede de manera violenta tras ingresar por un edificio lindero y llegar hasta la terraza. Desde allí descendieron piso por piso, rompiendo cámaras de seguridad y causando daños generalizados.

El inmueble cuenta con ocho niveles y sufrió destrozos en distintos sectores. Además, los atacantes se llevaron los servidores del sistema, un dato que refuerza la sospecha de que no se trató de un hecho al azar.

Por el momento, no se pudo determinar con precisión si también fue sustraída documentación sensible u otros elementos de valor, aunque los investigadores destacaron el carácter sistemático del ataque.

Atacantes encapuchados destrozaron la sede la CGT.

LA OFICINA DE JERÓNIMO, EL PRINCIPAL OBJETIVO

Desde el gremio señalaron que la oficina de Cristian Jerónimo fue claramente el blanco central del ataque. El despacho apareció completamente destruido, con paredes dañadas, computadoras inutilizadas, cables arrancados y carpetas revueltas.

"Han entrado piso por piso, rompieron todo", relató el propio Jerónimo tras conocerse el hecho. El nivel de violencia y el ensañamiento contra su espacio de trabajo generaron una fuerte conmoción dentro del sindicato.

La escena encontrada reforzó la hipótesis de un accionar organizado y dirigido, más cercano a un mensaje que a un simple delito contra la propiedad.

LA CGT HABLÓ DE INTIMIDACIÓN POLÍTICA

Desde la CGT sostuvieron que el ataque "excede ampliamente un robo común" y remarcaron el carácter "profesional" del accionar de los agresores. Para la central obrera, el episodio se inscribe en un contexto político específico.

"La CGT considera que este ataque constituye un claro mensaje de intimidación", señalaron en un comunicado, al tiempo que reclamaron una investigación urgente y profunda por parte de la Justicia. En esa línea, exigieron que no se descarte ninguna hipótesis y que se identifique rápidamente a los responsables materiales e intelectuales del hecho.

El comunicado de la CGT.

A DÍAS DE LA MARCHA A PLAZA DE MAYO

El ataque se produjo apenas tres días antes de la movilización convocada para el 18 de diciembre en Plaza de Mayo, en rechazo a la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional.

Desde el sindicalismo subrayaron que el momento elegido no es casual y que el episodio debe analizarse en el marco de un clima de creciente tensión política y social.

"No es un episodio aislado", advirtieron tanto desde SEIVARA como desde la CGT, al considerar que el mensaje estuvo dirigido al conjunto del movimiento obrero.

Tras el ataque, Cristian Jerónimo reclamó que la Justicia investigue lo sucedido "hasta las últimas consecuencias" y con la seriedad que el caso amerita. "Ojalá no sea un mensaje mafioso para amedrentar, porque no nos van a amedrentar", afirmó.

El dirigente sostuvo que el hecho no modificará el rumbo del plan de lucha sindical y que, por el contrario, refuerza la decisión de continuar con las medidas previstas.

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Además, advirtió que, de confirmarse un trasfondo político, el episodio remite a "épocas oscuras que no le hicieron bien a la Argentina".