Esta noche, tras ser rechazado el pedido de eximición de prisión presentado por su defensa, Felicitas Alvite decidió acudir a la justicia para entregarse. La joven de 20 años fue alojada en la DDI local a la espera de que el fiscal Fernando Padovan vaya a indagarla, lo que sucederá mañana.

Alvite había cruzado un semáforo en rojo a toda velocidad el pasado 12 de abril y atropelló y mató a Ruben Armand, quién circulaba con su moto. Quedó imputada por homicidio culposo (causar la muerte de alguien por un acto negligente) y continuó en libertad.

Sin embargo, en la última semana, el fiscal decidió cambiar la imputación a homicidio simple con dolo eventual, por lo que pidió su detención al juzgado. La decisión se tomó luego de que los investigadores reconstruyeran que posiblemente estaba corriendo picadas al momento del accidente. Ante esto, la jueza Garmendia dio el visto bueno, pero su defensa presentó una eximición de prisión, que fue rechazado.

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La insólita estrategia de la defensa

Sus abogados alegaron que ella no estaba corriendo picadas en el momento del hecho y que es una "chica de bien": "Previo a todo, debemos manifestar que Felicitas no es una 'corredora de picadas', ni una 'persona que usa su automóvil para matar'; más bien todo lo contrario, es una chica de bien, sana, que no se droga ni consume prácticamente alcohol y que nunca, absolutamente nunca, había tenido inconveniente alguno con la ley ni con terceros".

Además, añadieron que no es una automovilista imprudente y que se vio envuelta en un "trágico accidente", del que no se fugó y hasta cooperó con las autoridades.