De acuerdo a un informe llevado adelante por Global Entrepeneurship Monitor (GEM), alrededor del 23,3% de los argentinos actualmente tiene un emprendimiento. En otras palabras, 1 de cada 4 personas de nuestro país está vinculado a una actividad propia.

Este es el caso de Julieta Contreras Bravo, una emprendedora dedicada a la costura que decidió abrirse camino a través del mundo de la lencería y compartir con los demás sus conocimientos.

Creadora y administradora de la página web "Lencería en casa", y del curso "Diseño y confección de lencería" en la plataforma de enseñanza Domestika, Julieta comenta que este proyecto nació en pandemia. Debido a la paralización del país y la imposibilidad de seguir adelante con otros proyectos personales, la joven decidió adentrarse en el mundo de la formación online con sus conocimientos previos de costura.

"Empecé dando clases por zoom, talleres muy cortitos como para ir perdiendo el miedo y un poco que se fue desarrollando solo", explica Julieta. "Entre las cosas que yo tenía ganas de hacer y lo que las chicas que cursaban conmigo me pedían, entonces de un taller de bombacha se fue haciendo un curso más completo, de un taller en vivo por zoom se fue haciendo un curso grabado y así de a poquito fue creciendo", agrega.

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La emprendedora explica que el proceso creativo para crear nuevas prendas y cursos surge de "una idea final, y en el medio hay muchas ideas que se plasman en dibujo, en garabatos, en buscar telas, elegir colores y combinaciones".

Como producto para emprender, la lencería despierta el interés de muchas personas que quieren tener su propio negocio debido a la sencillez de la costura, la poca (aunque variada) cantidad de tela a utilizar, y la rapidez de aprendizaje y dominio de las técnicas para confeccionar las prendas.

En cuanto a esto, Julieta aconseja a quien quiera iniciar un emprendimiento: "Hay que aprender a equivocarse, ya que muchas veces tenemos miedo a equivocarnos o a que las cosas salgan mal, o que no salgan como nos gusta; miedo o frustración, incluso como cuando querías que te salga de una manera y no te salió. Por ahí es un proceso frustrante, pero que es algo que va a pasar, y que está buenísimo que pase. Hay que amigarnos con esos errores porque son los que nos van a permitir crecer".

La emprendedora señala con emoción el aumento en la cantidad de personas jóvenes que se acercan a aprender, especialmente integrantes de las generaciones más chicas: "Me parece súper interesante que se revalorice el oficio de la costura".