El 8 de febrero se confirmó el diagnóstico de un caso importado de sarampión, causado por el virus del genotipo B3, en un niño de 6 años residente de la ciudad de Barcelona, España. El nene no estaba vacunado e ingresó al país el 27 de enero.

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Tras realizar las acciones de control y seguimiento de contactos, "el hermano de 13 meses comenzó con fiebre el 11 de febrero, catarro y el 17 comenzó con exantema o erupciones cutáneas, mientras el laboratorio ANLIS Malbrán confirmó el día 20 la detección del genoma viral por RT-PCR e IgM positivas para sarampión, con muestras de suero y orina del niño".

El paciente, que no contaba con antecedentes de vacunación contra el sarampión y fue asistido por un centro de salud porteño, "se encuentra en aislamiento respiratorio en domicilio y evolución favorable, mientras se reforzaron las medidas de prevención en convivientes y contactos familiares".

La importancia de vacunarse

Según el documento del Ministerio de Salud, Argentina eliminó la circulación endémica del sarampión en el año 2000. Desde entonces, los casos registrados han sido aislados e importados, o brotes limitados que duran menos de un año. Esto significa que no se restableció la endemicidad de la enfermedad en el país.

Con el objetivo de sostener los logros y evitar la reintroducción del virus en el país, "se requiere alcanzar y sostener altas coberturas de vacunación con dos dosis de vacuna contra el sarampión (doble o triple viral) y un sistema de vigilancia sensible capaz de detectar oportunamente los casos sospechosos y así evitar su diseminación".

Todos los casos sospechosos de sarampión deben ser notificados y estudiados por laboratorio, incluyendo a cualquier persona de cualquier edad que presente fiebre con una temperatura axilar mayor a 38 grados y exantema. Esto es válido independientemente del antecedente vacunal o si un profesional de la salud sospecha de la enfermedad.

Es importante recordar que todas las personas a partir del año de vida deben tener completo su esquema de vacunación contra el sarampión y la rubéola, de acuerdo con el calendario nacional.

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Para los niños y niñas de 12 meses a 4 años, se requiere una dosis de la vacuna triple viral, mientras que para los mayores de 5 años, adolescentes y adultos, se necesitan al menos dos dosis de vacuna con componente contra el sarampión y la rubéola, aplicadas después del primer año de vida (ya sea la doble o la triple viral), o contar con serología IgG positiva para sarampión y rubéola.

Las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes y no necesitan vacunarse.

Ante casos sospechosos, se recomienda implementar medidas de aislamiento respiratorio, como el uso de barbijo para la persona con síntomas y para los acompañantes dentro de la institución. Además, es importante informar de inmediato a las autoridades sanitarias ante la sospecha de un caso, sin esperar los resultados de laboratorio.