Lea Igounet, el comediante que la rompe en las redes con sus recorridas por la Provincia

El auge de las redes sociales -con TikTok a la cabeza- modificaron la comunicación. Medios que en otra época eran masivos como la TV, o la radio, hace largo rato que vienen cediendo espacio ante la llegada de plataformas que no solo democratizan los espacios para difundir ideas, sino que también modelan las preferencias de los usuarios y acercan a menos de un teléfono celular de distancia lo que antes se podía ver únicamente en la casa o escuchar a través del éter.

Entre retos virales, bailes, repeticiones de goles y clips de personajes de la política y la farándula, en este microclima subyace una infinidad de creadores de contenido que encontraron un nicho y día a día cobran notoriedad apelando al ingenio que caracteriza a los argentinos desde tiempos inmemoriales.

En esta categoría podría incluirse a Lea Igounet, un comediante que recorre lugares icónicos de la provincia de Buenos Aires y el país corriendo, pero sin perder detalle de los lugares pintorescos. Un personaje que encarna una mezcla entre Forest Gump y Rocky que es muy efectivo en las redes, donde miles de seguidores lo siguen en cada una de sus aventuras.

Sus primeros videos los grabó en 2017, cuando utilizó la casa de su hermano como set para graficar situaciones de la vida doméstica típicas como una pelea familiar, o quedarse sin hielo. Sin embargo, admite que llegó a un punto en el que ya no encontraba ideas nuevas para incluir en sus guiones.

Eso cambio a fines de 2021 y casi de casualidad, mientras viajaba en la línea D del subte con uno de sus amigos. La simple pregunta "¿a dónde te vas a ir de vacaciones?" disparó una hilarante respuesta que, con el tiempo, le sirvió de disparador para reencontrarse con la inspiración.

"Le respondí que me iba a ir de vacaciones a la estación Juramento, Me pareció gracioso eso de mostrar lugares turísticos que no lo son. Entonces empecé a parodiar a esas cuentas que hacen recorridos por lugares", cuenta el joven oriundo de Bahía Blanca, en diálogo con El Bonaerense.

Ese click repentino en uno de los vagones del transporte público porteño le aportó un nuevo enfoque, pero aún faltaba un detalle para sus videos: un trote a ritmo frenético con el que se mueve por dondequiera que vaya.

"Yo me paraba y señalaba las cosas. Después me veía y decía 'que lento esto'. Entonces se me ocurrió que capaz si corría el video va más rápido", revela.

"Empecé a hacer eso y me di cuenta que al toque a la gente le llamó la atención. Quizás duraba el máximo de tiempo que te permiten, pero el hecho de pasar corriendo y hablar rápido hacía parecer que había pasado más rápido", agrega.

"Entre que pasa todo rápido, te meto unos chistes y las imágenes son lindas, se hace más agradable a la vista y lo terminás mirando. Son pequeñas cositas que fueron sumándose y ahora tenemos este producto", considera.

Estaciones de tren, universidades y ciudades forman parte del catálogo de Igounet, que cuenta con más de 600.000 seguidores en TikTok y 360.000 en Instagram, bajo el seudónimo de @leaigounet.

Muchas de las personas que capaz se lo cruzan corriendo por su localidad hoy ya lo conocen, pero al principio su imagen a puro trote por las calles céntricas de alguna ciudad del Conurbano o algún pueblo perdido en el interior de la provincia sorprendían a más de un testigo desprevenido.

"Me divertía mucho hacerlo cuando no me conocían. Que la gente esté en la suya, pasar corriendo a lo ninja y que ni se den cuenta. Me parecía disruptivo", confiesa al respecto.

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"Ahora no es que me considero una persona conocida, pero cuando voy a un lugar turístico y me pongo a correr, al toque la gente se acerca y mira", sostiene.

La elección de las locaciones para grabar sus videos varía. Hay lugares que los piensa junto a su equipo de grabación, mientras que otros llegan a su cabeza a través de los pedidos de sus seguidores, como fue el caso de un pueblo llamado Jeppener -una pequeña localidad situada en el partido de Brandsen-, donde estuvo haciendo de las suyas.

"A veces la gente me sugiere esos lugares y me pongo a buscar data en internet y encuentro detalles que a nadie le importan como que ahí nació Viviana Saccone, o que hay una panadería de más de 100 años. El conjuntito de información te armó el video", explica.

Igounet hoy vive de la comedia, pero tiene un pasado ligado al Derecho, donde llegó a ejercer al mismo tiempo en una fiscalía por la mañana y en un juzgado a la tarde. De hecho, en ese momento inició su camino en el mundo del humor y también trabajaba de noche presentándose en diferentes bares con su show de stand up. "Era muy desgastante a nivel físico", rememora.

"Yo trabajaba en el fuero penal, donde todo era una tragedia. Nunca había una buena noticia, ya estaba todo el daño hecho, era re oscuro. Por eso me fui escapando de ese rubro y me metí de lleno en este, que lo que me apasiona", relata.

El cambio de las oficinas y los expedientes judiciales por las recorridas al aire libre marcaron el desarrollo de una faceta de humorista que siempre estuvo presente en su vida.

"Siempre fui considerado el gracioso del grupo, el que hace pavadas. Tengo ese mote y no me sale de otra manera. En alguna que otra conversación se me dispara para ahí y es lo que me divierte", reconoce.

De correr en alpargatas y terminar en una consulta médica por los dolores crónicos de espalda pasó a tener un equipo junto a las personas que trabajan a su lado en la producción de los videos. "No corríamos ni el bondi y, de repente, lo hacemos todos los días", confiesa.

"Tratamos de hacer piques cortos y de equivocarnos lo menos posible en lo que grabamos para que salga bien", explica sobre el método que aplican.

Desde aquellas primeras filmaciones recorriendo la Ciudad Universitaria de la UBA o las estaciones del subte porteño, la popularidad del comediante de origen bahiense se multiplicó. Cada viaje en transporte público significa que varios de los pasajeros le pidan fotos y lo miren tratando de dilucidar si es él o no. "Ahí tomás dimensión de lo que generan los videos", considera.

"Hace poco me puso me gusta Fito Páez y yo no lo podía creer, también me empezó a seguir Lali Espósito. Es difícil de palpar porque es todo virtual, no es que me fui a comer unas empanadas con ellos", confiesa.

A pesar de haber nacido y crecido en Bahía Blanca, desde los 8 años vive en el barrio porteño de Belgrano. Sin embargo, asegura haber recorrido casi todos los partidos del Conurbano con su show unipersonal de stand up, en el que interactúa con la gente y termina corriendo por la calle -¿cuándo no?- junto a ellos.

Puede que las generaciones más adultas no entiendan lo que está pasando ahora y cuestionen el enfoque, el lenguaje que se utilice, o qué se decide contar en las redes. Así como el apogeo del rock fue mirado de reojo por la gente grande de aquella época, hoy las plataformas de contenido son las que mandan y casi todo pasa por ahí, donde la diversión es el principal objetivo.

Al respecto, mientras se acomoda las zapatillas para salir a correr por las calles de algún otro pueblo, Lea Igounet lo tiene clarísimo: "Es humor, no soy una enciclopedia", concluye.