08/01/2024
Agu Volpato se encarga de rescatar y proteger animales. Junto con Sia, una cría de zarigüeya, causan sensación en Twitter.
por
Fiorella Cadenazzo
Agu Volpato ha estado del lado de los animales desde que tiene memoria. Su primer rescate fue un gato que "trajo abajo del brazo" cuando volvía de comprar a los seis años, y desde ahí comenzó a ayudar en el refugio municipal junto a su hermana, limpiando y sacando a pasear a los perros que allí conviven.
Fue el 28 de noviembre cuando recibió un aviso sobre una zarigüeya atropellada en uno de los caminos de San Jerónimo Norte, la ciudad de Santa Fe de donde es oriunda. Al llegar allí, Agu cuenta que decidieron asistir al animal, que se encontraba con sus bebés, y la llevaron a la veterinaria: "Me encomendé en la tarea de acompañar a las crías, porque en realidad eran tan pequeñitas, medían más o menos 5 centímetros y pesaban entre 10 y 14 gramos".
La zarigüeya, conocida como comadreja overa a nivel local, es un mamífero del tipo marsupial. Al nacer, sus crías se refugian en una bolsa ubicada en el vientre de la madre que permite terminar su desarrollo. Sin la protección del marsupio, la subsistencia y crecimiento apropiado de los bebés no sería del todo posible.
Sin embargo, con el correr de las semanas y con la pérdida de casi todas las crías, una de ellas consiguió seguir adelante, y con ello, conquistar el corazón de los usuarios de Twitter.
Nombrada Sia, la pequeña marsupial sobrevive gracias a los ciudadanos de la joven santafesina. "Es bastante agotador criarlos los primeros días, porque tienen que estar todo el tiempo a temperatura constante de 35 grados, y ellos estaban en una cajita envuelto en trapitos de polar simulando el marsupio y abajo tenían una bolsita de agua caliente", explica Agu en referencia a los cuidados que los animales debían recibir en sus primeros días de vida. "Cada dos horas y media necesitaban tomar leche, que es un sustituto lácteo, y además hay que estimularlos para que orinen y defequen, y pasarle un pincelito por el cuerpo para estimular su sistema circulatorio y su sistema linfático", agrega.
Actualmente, Sia ya se encuentra más fuerte, con pelaje y los ojos bien abiertos. "Ya tiene muchísimas posibilidades de sobrevivir, creo que ahora sale adelante y que en un tiempo prudencial, cuando ella tenga su peso adecuado y haya aprendido las habilidades necesarias, ella va a poder sobrevivir en la naturaleza".
Además de Sia, Agu se encuentra al cuidado de otras dos crías de zarigüeya: Crash y Eddie. Ambos animales tienen alrededor de dos meses y pronto serán liberados.
La joven señala que toda la atención y asistencia que reciben se hacen de manera aislada y con el menor contacto posible con ella: "Yo no los manipulo para que ellos empiecen a desapegarse de los seres humanos y así puedan hacer su vida en libertad sin acercarse a ellos. Por más que yo los libero en una zona bien alejada, la idea es que ellos no se acerquen a las personas porque está la zarigüeya está muy mal vista, y entonces lo más probable es que si se acercan a alguien no termine bien".
Agu explica que, si bien es un animal con mala fama entre los humanos, este marsupial es importante para el equilibrio del ecosistema porque "es un controlador de plagas natural, silenciosamente está ahí alimentándose de langostas, cucarachas, grillos, garrapatas, alacranes, incluso también pequeñas serpientes y hasta ratas".
La joven resalta que este animal "no muerde ni transmite rabia ni ninguna enfermedad", además de que "es el único marsupial de Sudamérica".
Para conocer más sobre la historia de Sia, Crash, Eddie y todo el trabajo de Agu, se puede seguir sus redes sociales: @aguvolpato en Twitter e Instagram.
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