06/03/2024
El terror tras sufrir una entradera las marcó tanto que las hermanas de Ramos Mejía, partido de la Matanza, decidieron tapiar la puerta y las ventanas que daban al fondo de su casa.
Ana de 72 años y Angelina de 76, no fueron las mismas
después de sufrir una entradera. El terror las marcó tanto que estas dos
hermanas jubiladas de Ramos Mejía, partido de la Matanza, decidieron tapiar
la puerta y las ventanas que daban al fondo de su casa.
Contrataron un albañil y levantaron una pared de
ladrillos con unos agujeros que dan ventilación y se encerraron como
si estuvieran en una cárcel, por temor a la inseguridad. "Esto no es
vida", aseguraron.
El hecho que marco un antes y después en sus vidas fue el robo que sufrieron en julio del año pasado, cuando, mientras dormían, cuatro delincuentes irrumpieron en su hogar.
"Se nos tiraron en la cama, uno a cada una. Nos taparon la boca, porque no sabían qué reacción íbamos a tener. Nosotras ni respirábamos del miedo que teníamos", relató Ana en diálogo con el medio Infobae.
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Les revolvieron toda la casa y les preguntaron varias veces a las mujeres dónde tenían la plata. "Yo no tengo oro, no tengo cosas valiosas en mi casa, lo único que tengo es un televisor y nada más", le dijo una de las hermanas. Luego de perpetuar el robo que fueron apenas unos ahorros que había de la jubilación, bijouterie y el medidor de agua, huyeron.