14/06/2025
Iba a ser candidata. Terminó detenida. ¿habrá último capítulo político en su vida? Axel Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner, y hasta La Liga de Gobernadores e Intendentes se miran de reojo. ¿Alguno se anima a tomar el bastón de mando?
por
Cristian González, Director
El clima político en la Argentina se ha tornado irrespirable. La polarización, ya instalada como marca de época, adquiere ahora una intensidad inédita. La grieta -ese abismo que separa convicciones, pasiones y hasta afectos personales- se ensancha con crudeza. El país, como en sus jornadas más calientes, parece al borde de un estallido emocional colectivo.
El punto de quiebre, una vez más, lo marca la figura de Cristina Kirchner. La decisión de la Corte Suprema de Justicia de rechazar la apelación de su defensa reconfiguró el tablero político y volvió a dividir aguas de manera dramática. En un instante, la escena pública se tiñó de lágrimas, furia y euforia.
Para millones de ciudadanos, la palabra "proscripción" resurgió con la fuerza de un grito. La imagen de CFK, para ellos, es mucho más que una ex presidenta: encarna la esperanza de movilidad social, el acceso a derechos básicos y el legado vivo del peronismo del siglo XX.
A ese sentir profundo, popular y justificado, se le opone con igual intensidad un sector de la sociedad que celebra la condena como una victoria largamente esperada. Una revancha emocional, alimentada durante años por denuncias, titulares y eslóganes vaciados de necesidad explicativa.
Para ese núcleo duro del antikirchnerismo, basta un apodo -"chorra"- para identificarla sin necesidad de pronunciar su nombre.
Ambas Argentinas coexisten en un territorio común, pero sin lenguaje compartido. La fractura atraviesa amistades, familias, fútbol y espacios laborales. Una sociedad herida, que avanza como puede entre los escombros de su propio relato nacional, transita ahora uno de sus capítulos más vertiginosos.
"Despertaron al gigante dormido. En 48 horas el peronismo hizo más que en los últimos 17 meses", se sincera un dirigente de peso del conurbano bonaerense en diálogo con El Bonaerense. Y no se detiene ahí: "Cristina todavía tiene cartas por jugar", desliza con una mezcla de esperanza y advertencia. Desde otro rincón del poder provincial, un referente va más lejos, en absoluto off: "Kicillof debe suspender las elecciones del 7 de septiembre. Hay que ir todos juntos en octubre y ganarle a Milei".
El destino político de CFK se encuentra en una encrucijada definitiva. Aquella candidatura recientemente anunciada para competir por la Tercera Sección Electoral, bastión histórico del peronismo en el sur del conurbano, quedó pulverizada. No sólo se le impide competir: su figura misma entra en zona de penumbra legal y de resignificación histórica.
Para sus seguidores, ya no es sólo una dirigente: es símbolo. Un emblema de resistencia, una matriz identitaria. Para sus detractores, en cambio, su caída es la consumación de una promesa: el final de una etapa que, para ellos, encarnó la impunidad institucionalizada.
Lo cierto es que nunca antes una figura con tanto peso simbólico, real y político fue condenada con sentencia firme e inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos. El fallo marca un antes y un después. Mientras el peronismo ensaya fórmulas para reinventarse, el oficialismo libertario lo exhibe como un hito fundacional: la refundación de un país sin privilegios.
DESDE EL BALCÓN
Encerrada en su departamento del barrio de Constitución, Cristina Kirchner eligió resistir con palabras cargadas de dramatismo político: "¿Por qué no me dejan competir y entonces me derrotan políticamente?", desafió. Su voz, amplificada por plazas, redes y micrófonos militantes, alimenta la épica de la resistencia.
El mito se agiganta desde ese balcón imaginario que remite, quizás sin quererlo, a otras figuras desterradas de la historia argentina. Su círculo íntimo confía en que una presentación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos abrirá una ventana para una medida cautelar que le permita volver a la arena electoral. De no prosperar, ya se teje una alternativa: la construcción de una unidad amplia que le permita al peronismo regresar al poder en 2027. Para eso, primero deberá ordenar el movimiento y, sólo después, definir si aún es ella quien puede encabezar la boleta.
-¿HAY SUCESOR?
La salida forzosa de Cristina deja un vacío estructural en el peronismo. No se trata sólo de la dirigente más influyente del siglo XXI: se va la única capaz de ordenar las tribus internas, muchas veces con dureza, otras con astucia. El interrogante que sacude los despachos peronistas es brutal en su sencillez: ¿quién conduce ahora?
-AXEL KICILLOF es el dirigente con más votos reales del presente. Reelecto con holgura en la provincia de Buenos Aires, mantiene un vínculo orgánico con la juventud militante y los sectores progresistas. Pero su alejamiento con el kirchnerismo duro, y las diferencias con CFK lo ponen en duda.
Encima no dialoga con los gobernadores ni logró consolidar una mesa propia de conducción. ¿Candidato en 2027? Tal vez. ¿Jefe natural del PJ hoy? Poco probable.
-SERGIO MASSA quiere. Su ambición es conocida, al igual que sus contactos internacionales y su dominio técnico. Tiene el respeto del poder económico, y fue el último interlocutor de peso ante CFK. Pero carga con la derrota ante Javier Milei, un lastre difícil de digerir. Dentro del peronismo lo escuchan, pero no lo siguen. Su falta de base territorial y el desgaste de su candidatura de unidad lo dejan en una posición endeble. Juega a armar un peronismo moderado, pero no logra imponer agenda.
-MÁXIMO KIRCHNER, heredero político y sanguíneo, lidera La Cámpora con autoridad interna, pero sin proyección externa. No arrastra votos, aunque conserva poder. Su protagonismo se limita al PJ bonaerense, sin capacidad de irradiar más allá del conurbano.
-LOS GOBERNADORES se muestran como actores relevantes, pero sin una figura convocante. Desde el desembarco de Néstor Kirchner en la política nacional, el eje del peronismo se trasladó a Buenos Aires. Sin embargo, la paradoja sigue intacta: ningún gobernador bonaerense ha llegado a la presidencia.
El futuro del peronismo, como el de la Argentina, está hoy suspendido en un limbo. ¿Qué pasará?
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
14 de junio de 2025
14 de junio de 2025
14 de junio de 2025
14 de junio de 2025