14/12/2025
Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025 cerraron 19.114 empresas, según datos oficiales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Ese proceso derivó en la pérdida de más de 264.000 puestos de trabajo registrados. Fueron casi 29 empresas por día. Alrededor de 1,2 cierres por hora.
La capacidad instalada industrial operó al 61% en octubre.
Desde fines de 2023 cerraron más de 19.000 empresas.
Se perdieron más de 264.000 puestos de trabajo registrados.
El promedio marca casi 29 cierres por día.
La industria, la construcción y el comercio concentran el impacto.
La industria afronta el mayor costo del ajuste económico. En octubre, el uso de la capacidad instalada cayó al 61%, el nivel más bajo desde 2002. Sectores sensibles muestran cifras aún más críticas: el textil trabaja por debajo del 33% de su capacidad productiva.
La capacidad instalada representa el máximo nivel de producción que una planta puede sostener con su maquinaria y personal. Cuando ese indicador baja, las máquinas se detienen mientras los costos fijos continúan. Con menos producción, se reducen los márgenes, se frena la inversión y se profundiza el riesgo de cierre.

Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025 cerraron 19.114 empresas, según datos oficiales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Ese proceso derivó en la pérdida de más de 264.000 puestos de trabajo registrados.
El impacto se observa en la dinámica cotidiana:
Casi 29 empresas cerradas por día.
Alrededor de 1,2 cierres por hora.
Un promedio de 394 personas que pierden su empleo formal cada día.
Unas 16 personas por hora fuera del registro laboral.

Los datos más recientes refuerzan la tendencia. En los últimos cuatro meses relevados por la Secretaría de Trabajo, el empleo asalariado privado acumuló una caída de 49.000 puestos. Solo en septiembre se perdieron 10.700 empleos formales.
El patrón se repite y no responde a episodios aislados. Los despidos y cierres forman parte de un proceso continuo que atraviesa distintos sectores de la economía.

Los rubros más golpeados concentran actividades clave:
Construcción: paralización de la obra pública y suba de costos.
Industria manufacturera: caída del consumo interno y apertura de importaciones.
Comercio: retracción de ventas y menor circulación de ingresos.
En la manufactura, la combinación de menor demanda y competencia externa profundiza el freno productivo.

La crisis también impacta en el cumplimiento de obligaciones. Una encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA) indicó que casi la mitad de las empresas del sector enfrenta dificultades para cubrir salarios, impuestos o pagos a proveedores.
Según el relevamiento:
El 47,5% de los industriales presenta problemas en al menos una obligación clave.
El 29,3% registra dificultades con impuestos.
El 26,7% enfrenta atrasos con proveedores.
Un 8,2% falla en todos los rubros.
Durante el último trimestre se observó un aumento de entre 30% y 40% en los cheques rechazados. Entre los casos relevados figura Bodega Norton, con más de 40 cheques rechazados por un total de 618 millones.

El informe de la UIA destacó que las pequeñas y medianas empresas resultan las más afectadas. En muchos casos, los cobros al Estado se extienden entre 30 y 90 días, lo que agrava la falta de liquidez.
Existen situaciones extremas, como la de Bodega Norton, que además de los cheques rechazados mantiene una deuda bancaria superior a los 42 mil millones.
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