• El ITBA detectó niveles elevados de arsénico en amplias regiones del país, sobre todo en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa.

• Unas 4 millones de personas estarían potencialmente expuestas a este contaminante.

• Filtros comunes de carbón activado no eliminan arsénico.

• La ósmosis inversa y las resinas selectivas de óxido de hierro son las tecnologías domésticas más efectivas.

• El CONICET desarrolla un método económico con carbón vegetal tratado.

• Agua de red suele ser más segura que agua de pozo, que requiere controles periódicos.

Arsénico en el agua: qué filtros permiten consumirla en forma segura en casa

La contaminación natural con arsénico afecta a millones de personas en Argentina y transforma una acción cotidiana como beber agua en un desafío sanitario. Nuevos análisis del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) revelaron niveles preocupantes en varias regiones del país y reavivaron una pregunta clave: qué filtros sirven realmente para reducir este contaminante en el hogar.

Un problema geológico extendido

El arsénico no proviene, en la mayoría de los casos, de la actividad industrial. Se libera de manera natural desde suelos, sedimentos y capas subterráneas hacia los acuíferos que abastecen a pueblos y ciudades. Esto explica su presencia incluso en áreas rurales sin industrias.

El ITBA integró más de 350 muestras en su Mapa de Arsénico, que muestra que el 70% del territorio bonaerense supera los límites recomendados. En zonas de la llanura Chacopampeana -Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa- se detectaron valores iguales o superiores a 50 ppb, niveles considerados de alto riesgo.

Según el estudio, cerca de cuatro millones de argentinos estarían expuestos potencialmente al arsénico a través del agua o de alimentos preparados con ella.

Agua de red vs. agua de pozo

Las plantas potabilizadoras aplican tratamientos como ósmosis inversa, logrando niveles seguros según el Código Alimentario Argentino.

En cambio, quienes dependen de pozos o perforaciones carecen de controles periódicos, lo que eleva la probabilidad de consumir concentraciones peligrosas.

Riesgos para la salud

La OMS fija un límite seguro de 10 ppb, aunque estudios recientes muestran efectos adversos incluso con valores más bajos.

• Entre 10 y 50 ppb: nivel de precaución, requiere seguimiento.

• Más de 50 ppb: el agua no debe consumirse ni usarse para cocinar.

La exposición prolongada se asocia a cáncer de piel, pulmón y vejiga; enfermedades cardiovasculares; diabetes; trastornos neurológicos; y lesiones cutáneas. La intoxicación es lenta y acumulativa, por lo que la prevención domiciliaria es esencial.

Qué filtros funcionan (y cuáles no)

Filtros comunes que NO sirven

El carbón activado, presente en la mayoría de los filtros populares, jarras y purificadores hogareños:

• elimina cloro

• reduce pesticidas y olores

• pero NO retiene arsénico ni otros metales pesados

Muchos consumidores creen que estos dispositivos son suficientes, pero no están diseñados para combatir metaloides.

Filtros que SÍ reducen el arsénico

1. Resinas selectivas de óxido de hierro

• Son las más recomendadas para uso doméstico.

• Actúan como una "esponja" con alta afinidad por el arsénico.

• Tienen instalación simple y mantenimiento moderado.

2. Ósmosis inversa (la más efectiva)

• Reduce hasta 99-99,9% de contaminantes.

• Usa una membrana que solo deja pasar moléculas de agua.

• Ideal para hogares en zonas críticas.

• Requiere inversión inicial y recambio periódico de filtros.

Métodos efectivos pero menos accesibles en casa

• Coagulación + filtración

• Alúmina activada (sensible al pH)

• Intercambio iónico

• Electrodiálisis industrial

Funcionan, pero su complejidad y costo limitan su uso familiar.

Innovación local del CONICET

Investigadores argentinos desarrollaron un método low cost capaz de reducir más del 50% de arsénico y nitratos utilizando carbón vegetal tratado químicamente, derivado de restos agrícolas.

Es una opción prometedora para comunidades vulnerables y proyectos de economía circular.

Decisiones dentro del hogar

La elección del sistema depende de:

• origen del agua

• nivel de contaminación

• presupuesto familiar

• necesidad de mantenimiento y recambio de filtros

El agua embotellada puede ser una solución inmediata, pero no resuelve el problema estructural ni es sostenible a largo plazo.

Los especialistas coinciden: medir el agua periódicamente es tan importante como elegir el filtro adecuado.