Ola de inseguridad en Pinamar: turistas y residentes víctimas de robos millonarios

En medio de un clima social cada vez más tenso y con la temporada de verano a la vuelta de la esquina, Pinamar atraviesa una preocupante ola de inseguridad que pone en jaque el discurso oficial de tranquilidad y control. Vecinos y turistas denuncian una seguidilla de robos violentos y hurtos millonarios, mientras crece la sensación de que el municipio perdió el control de las calles.

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TURISTAS DESVALIJADOS EN CARILÓ

La inseguridad ya no distingue entre residentes ni visitantes. En Cariló, dos viviendas de alquiler fueron blanco de robos con turistas como principales víctimas.

En una casa ubicada sobre la calle Paraíso al 400, delincuentes aprovecharon la ausencia de una joven de 26 años -que se encontraba en la playa- para forzar una puerta lateral y alzarse con una suma estimada en 4.000 dólares, además de artículos electrónicos de alto valor: una notebook Dell, un dron DJI, un Apple Watch y auriculares AirPods.

Horas más tarde, una farmacéutica de 60 años oriunda de Tigre denunció otro hecho similar. Sin señales de violencia, los ladrones ingresaron a su propiedad y sustrajeron una mochila con dinero en efectivo, perfumes, joyas y dispositivos electrónicos. En ambos casos, las alarmas estaban desactivadas, lo que deja en evidencia la falta de patrullaje y control preventivo en uno de los destinos más exclusivos del Partido de Pinamar.

La pequeña localidad de Cariló no quedó exenta de los robos.

Los robos también se extendieron a barrios residenciales de Pinamar. Un vecino de la calle Barlovento al 1800 denunció que al regresar a su vivienda encontró una puerta balcón forzada y constató el robo de ropa, calzado y una campera importada.

En otro episodio, ocurrido en De las Almejas al 200, un hombre de 39 años halló su casa revuelta y descubrió el faltante de una notebook Dell, parlantes, auriculares, mochilas, anteojos, perfumes y más de un millón de pesos en efectivo. Las cámaras de seguridad de la zona serán clave para identificar a los responsables.

El caso más alarmante se registró en la calle Circe al 89, donde un vecino que regresó a su domicilio tras varios meses de ausencia descubrió que le habían saqueado la vivienda.

Los delincuentes rompieron una ventana trasera y se llevaron tres televisores, indumentaria y tres vehículos de alta gama: una moto Yamaha WR450F, un cuatriciclo Yamaha Raptor 700 y un Suzuki LTZ 400.

El hecho, ocurrido sin alarma ni cámaras activas, dejó en evidencia una preocupante ausencia de políticas de seguridad urbana, pese al alto valor impositivo que afrontan los propietarios en la zona.

En contraste con la seguidilla de robos, un hecho aislado permitió una rápida intervención policial gracias a la alerta de un vecino mediante el sistema Ojos en Alerta.

El aviso permitió detener a un hombre de 30 años, en situación de calle y domiciliado en Ostende, que intentaba abrir autos estacionados en la intersección de Eros y Naíades.

Al ser requisado, se le encontró una billetera robada a un constructor minutos antes, además de pertenencias de otras posibles víctimas.

Pese al operativo exitoso, el episodio vuelve a poner sobre la mesa la dependencia del accionar vecinal ante la inacción estatal.

El intendente Ibarguen, en el ojo de las críticas.

VIOLENCIA EN LA TERMINAL Y ATAQUES EN MODO "HOMBRE ARAÑA"

La inseguridad también se tornó violenta en la terminal de colectivos "Mario Gustavo Estigarribia Ferreira". Allí, un joven de 23 años fue brutalmente golpeado por un grupo de entre cinco y diez personas que le robaron su teléfono y billetera. La víctima, domiciliada en Ostende, sufrió hematomas y traumatismo de cráneo.

Mientras la Policía intenta identificar a los agresores, vecinos denuncian que la falta de presencia municipal en zonas críticas se siente cada vez más, incluso en lugares con gran circulación de gente.

El último caso confirmado estremeció a la ciudad. En una vivienda de la calle De la Corvina al 1800, dos delincuentes escalaron hasta un balcón del primer piso e irrumpieron durante la madrugada.

La víctima, una mujer de 31 años, fue golpeada e inmovilizada por los ladrones, que huyeron con 10.000 dólares, un celular y las llaves de su camioneta Ford Ecosport.

El hecho, investigado por la Comisaría Primera, reavivó las críticas al municipio por la falta de inversión en cámaras, patrullaje y luminarias, en plena cuenta regresiva hacia la temporada de verano.

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Con más de media docena de robos en pocos días, la respuesta oficial del municipio brilla por su ausencia. Mientras los vecinos exigen medidas concretas y mayor presencia policial, el intendente y su gabinete optan por el silencio o por minimizar los hechos.

La sensación general es de abandono: turistas que cancelan reservas, vecinos que refuerzan rejas por su cuenta y un sistema de seguridad local que parece desbordado antes de que empiece la temporada alta.