Papu Gómez habló de todo: su sanción, Scaloni, Messi y el sueño de volver a jugar

El recuerdo de Scaloni en Atalanta

En diálogo con el periodista Julián Polo, Papu recordó sus inicios en Atalanta, donde coincidió con Lionel Scaloni:

"Leo tenía 36, venía de la Lazio y ya había tenido quilombos. No jugaba mucho, pero se entrenaba a morir. Fue la persona que me ayudó desde el primer día: a comprar auto, a buscar casa, todo", relató.

También lo definió como un futbolista con mucha energía:

"Era insoportable, en el buen sentido. Activo, con chistes, entrenando a mil. Muy querido en el vestuario. Ya en ese momento pensaba en ser técnico y empezó a estudiar en Bérgamo".

"Scaloni fue muy vivo: rodeó bien a Messi"

El Papu destacó la capacidad de gestión del actual DT de la Selección:

"Después de Rusia 2018 hizo una renovación muy buena. Rodeó bien a Leo con jugadores con hambre y talento. Es muy cercano al jugador, va de frente, no dice boludeces. Eso generó un ambiente de armonía".

Incluso reveló una charla clave sobre Cristian "Cuti" Romero:

"Me vino a preguntar por un central izquierdo y le dije: 'Llevate a Cuti, es un crack'. Primero me convocó a mí y después lo llamó a él".

Su lugar en la Selección y la Copa América

Gómez repasó su paso por la Albiceleste:

"Cuando me convocó venía de ser jugador del mes en Italia y no jugué un minuto. Compartía puesto con los mejores del mundo. Jamás una cara de culo: entrenaba a morir. Terminé jugando la Copa América y fui importante. Demostré que podía estar".

El golpe del doping y su decisión de seguir

Suspendido por dos años, el Papu confesó que vivió momentos muy duros tras el positivo:

"Fue mi responsabilidad. Tomé un jarabe para la tos de mi hijo que no podía tomar. El boludo fui yo. Me la comí y acá estoy".

Admitió que incluso se alejó del fútbol:

"Me costaba verlo, apagaba las noticias. Me aislé, trabajé con psicólogos. Fue un bucle del que no podía salir, pero de a poco levanté".

Hoy, con 36 años, busca su revancha en el Pádova de la Serie B italiana:

"No quiero que me retiren así. No lo van a decidir personas con saco y corbata. Me quiero retirar cuando yo quiera, también por mis hijos. Es volver a conectar con la esencia del fútbol, como cuando jugaba en el barrio".

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El apoyo y las ausencias

Por último, el campeón del mundo valoró los gestos recibidos:

"Me sorprendió la gente que desapareció, no los culpo. Y me sorprendieron otros para bien. Conocí más personas en estos dos años como exjugador que en los seis que estuve en Atalanta".