28/07/2025
En la misma línea, agregaron que busca "mantener libertad de acción" para participar eventualmente en el armado de LLA como partido político con estructura propia, lo que implicaría tomar distancia definitiva del Partido Demócrata.
La ausencia de Victoria Villarruel en el acto partidario de La Libertad Avanza celebrado este sábado en Parque Lezama fue uno de los gestos políticos más elocuentes de la jornada. Lejos de pasar inadvertida, su decisión expuso con nitidez las tensiones internas que atraviesa el oficialismo. Desde el entorno de la vicepresidenta se explicó que evitó participar porque todavía figura como afiliada al Partido Demócrata, organización política de la que se encuentra en proceso de desvinculación. Participar en un lanzamiento de LLA que apunta a consolidarse como fuerza política autónoma hubiera sido, según esa versión, contradictorio.
La explicación
funcionó como una salida formal frente a un contexto complejo. A pocos días de
sus declaraciones críticas respecto del acuerdo entre la Cancillería argentina
y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, su presencia en un evento festivo
junto al presidente Javier Milei y su hermana Karina principal impulsora del
acto hubiera supuesto un riesgo político significativo. No sólo por la
posibilidad de un intercambio incómodo en público, sino también por la
potencial reacción de los sectores más duros del oficialismo, que la consideran
una figura cada vez más distante del núcleo gobernante.
"Villarruel no
quiere tener ningún roce que complejice esa retirada de una herramienta
electoral que sirvió para que Milei sea presidente", explicaron desde su equipo
de trabajo. En la misma línea, agregaron que busca "mantener libertad de
acción" para participar eventualmente en el armado de LLA como partido
político con estructura propia, lo que implicaría tomar distancia definitiva
del Partido Demócrata.
La controversia en
torno al diferendo de Malvinas parece haber profundizado las tensiones.
Villarruel cuestionó públicamente el acuerdo suscrito por la canciller Diana
Mondino con su par británico David Lammy, calificándolo como "contrario a
los intereses de la Nación". Consideró que la propuesta implica
"cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio", y disparó:
"¿Nos toman por tontos?". Sus palabras, lejos de ser una simple disidencia,
marcaron una grieta evidente en el Ejecutivo.
El Gobierno había presentado el entendimiento como un avance diplomático en la búsqueda de canales de diálogo, pero para la vicepresidenta esa interpretación resulta inaceptable. Hasta el momento, ni Milei ni Mondino han respondido directamente a sus declaraciones, aunque se espera que el vocero presidencial Manuel Adorni lo haga en su habitual conferencia de los lunes.
No es el primer
episodio que exhibe fricciones entre Villarruel y el oficialismo. En agosto,
desde su entorno denunciaron que fue excluida de una cena de camaradería de las
Fuerzas Armadas organizada por el presidente, aunque versiones oficiales
sostuvieron que sí había sido invitada y que incluso se había reservado un
lugar con su nombre.
A pesar de los
intentos del presidente por mostrar unidad, la distancia entre la
vicepresidenta y los hermanos Milei es cada vez más visible. El acto de Parque
Lezama, que buscó consolidar la identidad política de La Libertad Avanza más
allá de su liderazgo personal, terminó siendo también una postal de la interna.
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