21/07/2025
Además del efecto bioquímico, el ejercicio ofrece un marco estructurado que ayuda a construir rutinas, mejorar la calidad del sueño, disminuir la rumiación mental y fomentar el contacto social, sobre todo cuando se practica en grupo.
Cada vez más estudios respaldan lo que la experiencia cotidiana ya sugiere: el ejercicio físico no solo mejora la condición corporal, sino que también es una herramienta poderosa para fortalecer la salud mental. Desde reducir síntomas de ansiedad y depresión hasta mejorar la autoestima y el sueño, la actividad física regular se consolida como una aliada clave en el bienestar emocional.
Profesionales de la salud mental coinciden en que el
movimiento tiene un impacto directo sobre el estado de ánimo gracias a la
liberación de endorfinas, dopamina y serotonina, neurotransmisores vinculados
al placer, la motivación y el equilibrio emocional. Incluso rutinas moderadas,
como caminar media hora al día, pueden generar mejoras sostenidas en la
percepción del bienestar.
Organizaciones como la Organización Mundial de la
Salud recomiendan al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada
para mantener una buena salud integral. En el caso de personas que atraviesan
trastornos del ánimo, los especialistas sugieren incorporar el ejercicio como
complemento a los tratamientos psicoterapéuticos y farmacológicos, adaptándolo
a las capacidades y motivaciones de cada paciente.
Además del efecto bioquímico, el ejercicio ofrece un marco estructurado que ayuda a construir rutinas, mejorar la calidad del sueño, disminuir la rumiación mental y fomentar el contacto social, sobre todo cuando se practica en grupo. Disciplinas como el yoga, el tai chi, el pilates o la natación han mostrado beneficios en la regulación emocional y la reducción del estrés.
En contextos de creciente demanda de atención
psicológica y altos niveles de sedentarismo, el movimiento se presenta como una
herramienta accesible, preventiva y con bajo costo. Aunque no reemplaza la
intervención profesional en casos severos, sí representa un recurso
complementario valioso para mejorar la calidad de vida.
La consigna "moverse para sanar" deja de ser una
simple metáfora para transformarse en una recomendación concreta con base
científica: el cuerpo en movimiento es una vía directa hacia una mente más
equilibrada.
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21 de julio de 2025
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