17/07/2025
Un amor incondicional a Rosario Central y pasión por su trabajo. El protagonista de esta historia recorrió muchas calles y se desenvolvió en varios empleos, hasta descubrir lo que realmente le apasionaba.
La rutina de un trabajo, la distracción de un hobbie, la voluntad de un oficio y el amor de una pasión. Muchos son los aspectos que pueden describir la dedicación de los proyectos de Ezequiel Agustín Di Fulvio, quien vive de armar maquetas de diferentes canchas del fútbol argentino e, incluso, del exterior también.
Ezequiel tiene 39 años y es de Hurlingham. Al igual que su barrio y el país en general, el fútbol está en todas partes. Cada aspecto de la vida de un argentino puede empatizar con lo que sucede un fin de semana dentro de una cancha. Tuvo muchos trabajos, según él, hizo un poco de todo. Fue albañil, verdulero, plomero, carpintero y también vendió plantitas en la calle. Hasta llegó a llamarse a sí mismo un "buscavida". Pero no cualquiera puede vivir de lo que le gusta hacer y el protagonista de esta historia es un ejemplo de eso.
"Yo hacía réplicas de instrumentos, llaveros, cuadros. Era artesano de la calle", recordó Ezequiel, quien también reconoció que empezó con su actual proyecto durante la pandemia. "A mi siempre me gustó el fútbol y me habían pedido un poco de eso. Entonces dije '¿por qué no una maqueta?'. Al principio empezó como para pasar el tiempo, hasta que terminé mi primer estadio que fue el de Racing. Fue ahí cuando me empezaron a pedir de Boca, de River y más", continuó, aunque ya había hecho algo parecido, siempre en el terreno de lo popular. "Lo más similar que había hecho antes fue un escenario de Los Redondos. Con todas las guitarritas, los micrófonos, los cables y toda la estructura", explicó.
En el comienzo de este oficio, Ezequiel tenía pocas herramientas y material para realizar las maquetas, al menos como acostumbra actualmente. "Al principio salía poco laburo y no te alcanzaba para vivir, tenía que hacer otras cosas. Hacía tablitas de picada, muebles, todo para poder sobrevivir. Hasta que en estos últimos años me dio de lleno", reveló.
A veces las dudas lo atormentaban, pero fue su entorno, sobretodo el familiar, quien lo apoyó y le dio las fuerzas suficientes como para seguir con su sueño. "Mi alrededor fue el que me insistió. Cuando alguien veía que tenía poco laburo o venía decayendo, venían y me pedían que haga algo. Un estadio o lo que sea. Hubo mucha gente, principalmente mi familia y mi grupo de amigos. Hace cinco años que vengo a full con los estadios y gracias a Dios no paro y puedo vivir de esto", contó.
"Los diseños de los estadios es algo que me atrapa mucho. Estoy haciendo el Lusail (donde el seleccionado salió campeón del mundo en Catar) y ya tengo la primera parte. El tiempo que me lleva hacerlo depende de muchas cosas. Lo voy haciendo de a poquito para no quemarme la cabeza", reveló Ezequiel, quien también reconoció que prefiere trabajar durante la noche. "Me gusta mucho la soledad y el silencio. Ahí es donde me puedo concentrar. La noche me atrapa mucho. Hago de día todo lo que sea máquina y ruido. Pero lo que es detalle yo creo que es mejor a la noche", explicó.
Ezequiel es de Hurlingham, aunque nació en Santa Fe. La familia de sus padres, incluido amigos, son de Rosario. De hecho, hay costumbres y pasiones que no se le borraron, como su amor por Rosario Central. "Para mí, es todo. Más allá de que me guste todo el fútbol. Pero mi amor por Central es desde que nací", contó, aunque también conoce algunos Canallas en su barrio actual.
Su amor por Central es muy importante en su vida. Sin embargo, por cuestiones de la vida, la última vez que visitó el Gigante de Arroyito, la cancha del Canalla, fue en 2009. "Ahora estoy haciendo un par de maquetas para el club. Y es probable que para octubre o noviembre pueda visitar la cancha. Es lo que espero", reveló, aunque también se mostró ansioso por recorrer los pasillos del Gigante nuevamente.
"Las mejores canchas que hice son las de Central y la de Boca. La de Boca es la que más me piden. El año pasado fue todo así, una locura. Yo creo que hice más de 200 canchas de Boca", confesó Ezequiel, quien también reveló que desde el Xeneize lo invitaron a recorrer las instalaciones del club. "Me mostraron todas las maquetas que había de La Bombonera y la compararon con la mía. Me dijeron que la mía fue la mejor", recordó.
"Ninguna maqueta es igual a otra. Siempre encontrás nuevos detalles. Lo artesanal tiene esas cosas. Trato de que cada vez salga mejor", explicó Ezequiel con respecto al proceso de creación.
Al ser de Canalla, a Ezequiel le toca de lleno un suceso importante en el fútbol argentino. Más allá del regreso de Ángel Di María, este sábado volverán los visitantes en el partido entre Lanús y Rosario Central en La Fortaleza. "El público visitante tiene que estar porque es parte del folclore del fútbol. El espectáculo estaría completo", se sinceró.
Madera de pino y eucalipto. Cuero. Plástico. Acrílico. Alfombrado para el campo de juego. Detalles y más detalles a mano. Un proceso técnico, pero realizado con el amor de la pasión y la voluntad misma de un laburante. Ezequiel la peleó desde abajo para poder vivir de lo que le gusta. Y, a pesar de que él se catalogue de "buscavida", es un claro ejemplo de sacrificio y perseverancia. Un abanderado del día a día. Artesano del oficio.
El Instagram de Ezequiel es @maquetas_ezequiel. En su cuenta podrán tener el contacto directo para cualquier consulta.
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