02/07/2025
Tenzin Gyatso, el 14º Dalai Lama, nació en 1935 en una familia agrícola y ha pasado la mayor parte de su vida exiliado en la India. A punto de cumplir 90 años, afirma que su sucesor, de haberlo, surgiría del "mundo libre", fuera del alcance del gobierno chino. Así es como se han reconocido las reencarnaciones previas.
Durante una semana de celebraciones por su próximo 90° cumpleaños, el dalái lama reafirmó que será una organización fundada por él mismo la única autoridad legítima para determinar su futura reencarnación, en una clara respuesta a las intenciones del gobierno chino de intervenir en ese proceso. El líder espiritual tibetano hizo el anuncio a través de un comunicado, en el que subrayó que el Gaden Phodrang Trust la fundación creada para preservar la institución del dalái lama tendrá la responsabilidad exclusiva en la búsqueda y el reconocimiento de su sucesor, en consulta con los altos dignatarios de las escuelas budistas del Tíbet.
Esta postura no es nueva. El dalái lama, exiliado
desde 1959 tras un levantamiento fallido contra el dominio chino en el Tíbet,
ha declarado en varias ocasiones que su reencarnación no nacerá en territorio
controlado por la República Popular China, y ha exhortado a sus seguidores a
rechazar cualquier intento del Partido Comunista por imponer a un sucesor.
Pekín, que considera al dalái lama un líder separatista, no ha emitido
comentarios oficiales tras esta nueva declaración.
"Reafirmo que la institución del dalái lama continuará", expresó el líder budista, al tiempo que señaló que solo su fundación tiene legitimidad para llevar adelante los procedimientos tradicionales necesarios para identificar a su reencarnación. "Nadie más tiene autoridad para interferir en este asunto", remarcó.
China ha insistido durante años en que tiene el
poder de aprobar o designar al próximo dalái lama, amparándose en leyes que
regulan las actividades religiosas dentro del país. Sin embargo, esta intención
ha sido rechazada por la comunidad tibetana en el exilio y por diversas
organizaciones internacionales, que la consideran una maniobra política
destinada a controlar la narrativa espiritual del budismo tibetano.
En este contexto, el pronunciamiento del dalái lama
fortalece su estrategia para garantizar la continuidad de su legado fuera de la
influencia del régimen chino. A medida que se aproxima su aniversario número
90, la cuestión sobre su sucesión cobra un protagonismo creciente, con
implicancias tanto religiosas como geopolíticas.
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3 de julio de 2025
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