01/07/2025
Cada vez hay menos futbolistas argentinos en los grandes clubes de Europa. Las razones son diversas: la globalización del mercado, deficiencias en la formación local, dificultades para adaptarse al alto nivel, negociaciones complejas y la mejora en las academias juveniles europeas. Todo eso redujo el protagonismo argentino en la élite.
La presencia de futbolistas argentinos en los grandes clubes de Europa se ha reducido de forma notable en los últimos años. Las causas, lejos de ser lineales, conforman un entramado de factores estructurales, deportivos y económicos que reconfiguran el mapa global del fútbol. Mientras países como Brasil siguen consolidando su flujo de exportación hacia las ligas más competitivas del mundo, la Argentina parece haber perdido protagonismo en ese terreno.
La tendencia se refleja
en los datos. En los principales clubes de Inglaterra, España, Alemania,
Italia, Francia, Holanda y Portugal, apenas un puñado de futbolistas argentinos
sub-23 figura en los primeros equipos. Un relevamiento de @VarskySports
identificó a Exequiel Palacios (Bayer Leverkusen), Lisandro Martínez (Ajax),
Leonardo Balerdi (Olympique de Marsella), Cristian Romero (Atalanta) y
Maximiliano Romero (PSV Eindhoven) como los jóvenes que han logrado instalarse
en clubes europeos de renombre. Lautaro Martínez, con 23 años, es quizás el
único nombre consolidado entre los más destacados del continente.
En comparación, Brasil
mantiene una presencia dominante, con ejemplos como Vinicius Jr., Rodrygo y
Éder Militão en el Real Madrid. Para encontrar al último argentino destacado en
ese club, hay que remontarse a Ángel Di María, transferido en 2014.
Según datos de AXEM
(Argentinos por el Mundo), el número de jugadores argentinos en la Serie A
italiana descendió de 47 en 2014 a 29 en la actualidad. En La Liga española
pasó de 39 en la temporada 2017-2018 a 26 este año, mientras que la Premier
League inglesa tuvo apenas 11 representantes argentinos, contra 23 en
2014-2015. En la última edición de la Champions League, ningún futbolista
argentino menor de 24 años participó en los octavos de final.
Este cambio en la dinámica del mercado es analizado por distintos especialistas. Rory Smith, periodista de The New York Times, sostuvo que "Europa, no hace mucho, se llevaba a los jugadores tan rápido como Argentina podía desarrollarlos. Ahora, la línea de producción parece haberse paralizado".
Factores como la escasa
competencia en las divisiones inferiores, una Primera División
sobredimensionada, negociaciones complicadas con los clubes argentinos y el
mejor desarrollo de juveniles en las academias europeas figuran entre las
causas más mencionadas. Nicolás Burdisso, exfutbolista y exdirector deportivo
de Boca, señaló que los clubes europeos ya no encuentran en el país el
diferencial que antes ofrecían los futbolistas locales. "No están preparados
para la competencia de elite y les falta uno o dos pasos intermedios", indicó.
Otros actores, como
Fernando Batista, actual entrenador del seleccionado Sub 20, agregan que "la
cultura del futbolista argentino sigue siendo competitiva y ganadora", pero
reconocen que el contexto actual impone nuevas lógicas de captación. "Hoy la
MLS o clubes de Grecia, Rusia o Asia se llevan a chicos jóvenes, y muchas veces
la ecuación económica pesa más que el prestigio deportivo", dijo.
Un análisis de Big Data
Sports reveló que entre 2016 y 2019, la edad promedio de las ventas desde la
Argentina hacia las cinco grandes ligas europeas fue de 21,5 años. Sin embargo,
luego de los 23 años, las posibilidades de un salto directo hacia el
"Big-5" europeo se reducen considerablemente. Ejemplos como el de
Lucas Martínez Quarta, transferido a Fiorentina con 24 años, son excepcionales.
La falta de ventas
millonarias responde también a la difícil situación económica del país. Con
inflación alta y deudas en aumento, los clubes argentinos muchas veces aceptan
ofertas por debajo del valor de mercado. A su vez, la fragmentación de los
derechos económicos de los jugadores y la participación de múltiples
representantes complica aún más las operaciones.
Desde el ámbito formativo, voces como la de Hugo Tocalli o Bernardo Romeo coinciden en la necesidad de fortalecer el trabajo en divisiones juveniles y modernizar metodologías de entrenamiento. Romeo, coordinador de selecciones juveniles en AFA, confirmó que el organismo impulsará un departamento de scouting en Madrid para monitorear talentos en el exterior y reforzar el vínculo con las familias de los futbolistas.
Las estadísticas
también muestran una apertura hacia otros mercados. Venezuela, por ejemplo, ya
cuenta con 25 jugadores en el exterior dentro de su última convocatoria. Clubes
como Granada en España han potenciado figuras venezolanas como Yangel Herrera y
Darwin Machís, reflejando una diversificación en las estrategias de captación.
Por otro lado, la
percepción sobre la liga argentina también influye. Con un torneo local
considerado poco competitivo, de formato irregular y con escasa visibilidad
internacional, la exposición de los jóvenes talentos es limitada. A eso se suma
una menor participación de técnicos argentinos en ligas europeas (apenas
cuatro), lo cual impacta en la cadena de oportunidades.
La pérdida de
protagonismo en premios como el Golden Boy donde no hubo ningún argentino entre
los finalistas y solo dos en la lista preliminar confirma esta tendencia. La
combinación entre falta de planificación a largo plazo, deficiencias
estructurales y urgencias económicas ha erosionado la posición que históricamente
ocupaba Argentina como uno de los principales semilleros del mundo.
En ese contexto, la
reflexión es unánime entre entrenadores, dirigentes y exjugadores: la Argentina
sigue teniendo talento, pero necesita una estrategia integral que contemple
desde la formación hasta la inserción internacional. La reinvención es posible,
pero requiere de políticas sostenidas en el tiempo, inversión en
infraestructura y una revisión profunda del sistema de competencia.
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