19/05/2025
Las estadísticas de bullying y ciberbullying reflejan un crecimiento lineal y sostenido. Según el Observatorio de Acoso escolar para la República Argentina, hubo un crecimiento de 250 % en cinco años, con casi tres mil casos denunciados en 2017. Por supuesto, los números son incompletos porque muchos casos permanecen en las sombras por la falta de denuncia.
Las estadísticas de bullying y ciberbullying reflejan un crecimiento lineal y sostenido. Según el Observatorio de Acoso escolar para la República Argentina, hubo un crecimiento de 250 % en cinco años, con casi tres mil casos denunciados en 2017. Por supuesto, los números son incompletos porque muchos casos permanecen en las sombras por la falta de denuncia.
La ONG Bullying Sin Fronteras alertó que sigue
creciendo el acoso en la escuela, concretamente, los números de 2017 son un 30
% más altos que los del año anterior.
LAS
CIFRAS DEL BULLYING EN ARGENTINA.
2013 - 822 casos denunciados.
2014 - 1.192 casos denunciados.
2015 - 1.631 casos denunciados.
2016 - 2.236 casos denunciados.
2017 - 2.907 casos denunciados.
Los datos fueron revelados por Bullying Sin
Fronteras, una organización no gubernamental pionera y referente en la materia.
Su titular, el Dr. Javier Miglino, denunció que el acoso escolar experimentó un
crecimiento del 30 por ciento en la última medición, pasando de 2.236 (octubre
2015 a octubre de 2016) a 2.907 casos graves de acoso escolar denunciados en la
justicia y los ministerios de educación de la República Argentina entre el
primero de octubre de 2016 y 2017. "Más de la mitad de los casos se
produjeron en escuelas públicas y
privadas de la Provincia de Buenos Aires y de la Capital Federal, Santa Fe,
Córdoba, Mendoza, San Luis, San Juan, Formosa, Corrientes y Misiones",
dijo Miglino.
El Informe Nacional de Bullying es llevado a cabo desde el año 2013 por el
equipo multidisciplinario de Bullying Sin Fronteras. El grupo de trabajo está
conformado por médicos, psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos, educadores,
abogados, periodistas y padres de chicos que han padecido bullying. "Es un
trabajo maratónico donde la información va llegando y es menester recopilarla y
ponerla a disposición de ministerios, universidades, medios, institutos de
enseñanza públicos y privados, docentes, padres, chicos y un largo
etcétera", señaló.
Los especialistas reconocen que todos los años hay
un crecimiento importante en las cifras, "pero el hecho de que hayamos
pasado de 2.236 casos en 2016 a casi 3.000 en 2017 nos habla de una situación
alarmante", advirtió el profesional.
Pero no solo crecen los casos sino la gravedad de
las situaciones de acoso. "Las conclusiones del Informe 2017 de bullying
son preocupantes porque a la vez que tenemos más casos denunciados, también
pudimos establecer que hay más violencia en los chicos. Tuvimos el suicidio de
Lara Tolosa en La Plata más al menos 12 intentos de suicidio (11 chicas y un
chico), que intentaron quitarse la vida porque ya no podían soportar la tortura
cotidiana del acoso escolar".
EL
CIBERBULLYING CRECE EN FACEBOOK Y TWITTER
A la par del crecimiento sostenido del acoso escolar
también se reportan cada vez más casos de hostigamiento y abusos en las redes
sociales de Facebook y Twitter. Hay ataques por pura maldad que no discriminan
entre menores y mayores. Insultos, amenazas e incitaciones al suicidio que
tienen como víctimas a menores de edad llevan las ofensas a niveles
insostenibles.
Las tecnologías de la información y la comunicación
nos cambiaron la vida pero a sus muchos beneficios hay que contraponer ciertos
peligros, algunos muy reales y presentes. Por eso la directora del Colegio de
la Sierra, Carolina Spanibello, recomienda "tener mucha cautela y cuidado
cuando le damos un smartphone a un niño a edad muy temprana sin enseñarle antes
cosas tan básicas como los códigos de respeto por las demás personas". La
profesora apunta que "no solo hay que estar atentos a lo que reciben los
chicos en el trato diario en una institución educativa sino al mundo virtual,
que es más difícil de monitorear".
Con 36 años de carrera en la docencia en
instituciones públicas, Mirta Villar coincide en este punto con su colega:
"Los conflictos se potencian en las redes sociales y también escapan por
esa vía de la mirada de los padres y los docentes. No podés entrar en sus redes
y sus grupos, no siempre podés intervenir antes de que el caso se vuelva
intolerable para la víctima y eso sería lo ideal, pero cuando no lo tenés a la
vista, en el aula, en la escuela, sino que está en el ámbito de sus redes de
comunicación virtuales, no te enterás hasta que ya es demasiado tarde".
Spanibello propone un abordaje transversal que
incluya al Estado, las instituciones educativas y las familias. "El año
pasado y también el anterior la Universidad Nacional del Centro organizó
conversatorios muy interesantes porque pusimos el tema sobre la mesa de
diálogo, esas acciones hay que sostenerlas y ampliarlas", asegura. Además,
hace notar que "todo está atravesado por la manera en que educamos; no olvidemos que hasta cuando no educamos,
actuamos, y ese ejemplo deja marca positiva o negativa en los que nos están
mirando".
Los educadores coinciden en que el bullying es una
práctica relativamente nueva. De hecho, el Día Mundial Contra el Acoso Escolar
no fue instituido sino hasta 2013. Son prácticas sociales que se han ido
agudizando y la tecnología de telecomunicaciones con sus fenomenales avances
juega un rol central. La herramienta tecnológica, los celulares inteligentes y
las redes sociales son amplificadores de estas conductas, porque generan una
especie de anonimato o despersonalización que amplifica la sensación de
impunidad y la consiguiente y despreocupada violencia.
Araceli De Vanna, Inspectora de la rama de Psicología Comunitaria y Psicología Social, confiesa que el tema del acoso y la violencia está plenamente vigente. "Trabajamos con varios equipos de orientación escolar, estamos a flor de piel con ese tema, con muchas situaciones de conflicto". Fue cuatro años directora de la Escuela Nº 10, ubicada en el corazón de Las Tunitas: "La violencia es indistinta del lugar, las situaciones se dan en establecimientos públicos y privados, en escuelas donde van chicos más humildes y en otras que tienen una matrícula más de clase media o alta". Y explica que si bien el acoso escolar, como concepto, no es algo tan común, sí se trabaja mucho en situaciones de conflicto y de agresión.
"El contexto social es muy complejo y estas
cuestiones de violencia y acoso están atravesadas por los medios de
comunicación y las redes sociales", dice, en sintonía con las otras
docentes consultadas. "Nosotros tenemos una guía de orientación, un
protocolo que incluye el hostigamiento y situaciones de conflicto entre pares.
Trabajamos desde los cotidiano y en la prevención, pero se nota una presencia
cada vez menor de la familia en el marco de lo que le pasa al chico. Los
docentes están atentos y hacen mucho para evitar que avancen las burlas y los
maltratos verbales, porque una vez que el conflicto ya está lanzado es muy
difícil frenarlo y se hace más complejo el abordaje para revertirlo".
LAS
CAUSAS DEL BULLYING CRECEN
"Ya no ocurre como antaño en que padecían acoso
escolar aquellos con mayor rendimiento escolar o eran agredidos por ciertos
atributos físicos. Ahora cualquier motivo es una excusa para dañar",
indica el informe de Bullying Sin Fronteras. En este sentido, Mirta Villar
agrega: "hay burlas y agresiones verbales que hacen daño porque son dichas
con intención y repetidas hasta que reemplazan el nombre de la víctima, les
dicen gordo, paragua o bolita; pero también hay agresiones a alguien porque es
tímido o porque es buen alumno".
La profesora de la Escuela Polimodal Nº 2 Florentino
Ameghino pone el foco, además, en el rol de la mayoría silenciosa. "Los
grupos de alumnos suelen ser los que colaboran al comportarse de forma pasiva,
porque si no hubiera espectadores la agresión no tendría el mismo efecto para
los violentos o acosadores, por esa razón es fundamental no quedarse al margen
en estas situaciones, colaborar con la víctima".
Precisamente entre esas víctimas también están
quienes sufren por su belleza. "En el caso de las chicas, la belleza
física, lejos de resultar una ventaja puede convertirse en un problema porque
son agredidas sin piedad y reciben golpes, amenazas, burlas y ciberacoso en las
redes sociales por la sola publicación de una imagen", relató el Dr.
Miglino.
"En el caso de los niños y los muchachos el
foco principal pasa por un pobre rendimiento en las actividades deportivas. En
general los acosadores toleran mejor a un compañero con buenas notas o con un
comportamiento fuera de los cánones del aula que a aquel que no juega bien al
fútbol, básquet, rugby, vóley o la actividad física que se desarrolle en la
escuela", agregó.
EL
TOP 5 POR GÉNERO
Causas de bullying en chicas
Belleza: 45 por ciento
Rendimiento escolar superior: 25 por ciento
Características físicas: 15 por ciento
Rendimiento escolar inferior: 10 por ciento
Rendimiento deportivo inferior: 5 por ciento
Causas de bullying en chicos
Rendimiento deportivo inferior: 35 por ciento
Rendimiento escolar superior: 25 por ciento
Belleza: 20 por ciento.
Características físicas: 10 por ciento
Rendimiento escolar inferior: 10 por ciento
EL
BULLYING ESTÁ MATANDO
"Desde el año 2013 sufrimos los homicidios de
Nayra Cofreces, cuyas asesinas fueron condenadas en Junín el pasado 2 de mayo
(ese día se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Bullying) y Facundo
en la Provincia de Salta. Más los suicidios en La Pampa de Milton y de
Francisco Rodriguez en el Instituto ORT del barrio porteño de Nuñez, Oriana
Belén Picotti que se quitó la vida el año pasado en Entre Ríos, José que
cursaba estudios en la Escuela Técnica Nro. 3 de Zárate y hace pocos días Lara
Tolosa en La Plata; en una larga e intolerable secuencia de acoso escolar,
ciberacoso, sufrimiento y muerte", recordó el titular de Bullying Sin
Fronteras.
"Cada día son más los casos de chicos que
terminan en el hospital luego de un continuado acoso escolar y los hospitales
Gandulfo en Lomas de Zamora, Mi Pueblo en Florencio Varela, Evita en Lanús,
Paroissien en La Matanza, Central de San Isidro y el Iriarte de Quilmes, Penna
en Pompeya, Piñero en Flores, Zubizarreta en Villa Devoto, Fernandez en
Palermo, Pirovano en Colegiales y Durand en Parque Centenario; entre otros que
deben atender golpes, fracturas y heridas de todo tipo causadas por niños y
adolescentes a sus compañeros durante las horas escolares en algún
establecimiento público o privado de la Capital Federal o de la Provincia de
Buenos Aires", manifestó Miglino.
La profesora Villar opina que los conflictos de las
escuelas van cambiando al ritmo en que cambian los conflictos en la sociedad.
"Los chicos pasan un montón de horas en las escuelas y ahí canalizan lo
que les pasa, lo que viven, lo positivo y también las cosas negativas". A
estar de la docente "en las escuelas siempre hubo conflictos, pero hoy los
medios de comunicación y las redes sociales agrandan el problema". Y con
respecto a la manera en que se instalan fenómenos como el del bullying
reflexiona: "A veces uno no se da cuenta del todo en qué momento se
produjeron los cambios, no te puedo decir si son 10, 20 o 30 años. Pero la
violencia escolar, el acoso, el famoso bullying, siempre estuvo, no creo que
haya más casos, hay más conciencia, se conoce mejor y se trabaja en ello y
entonces se difunde más".
Araceli De Vanna dice que la violencia en las
escuelas crece a la par que lo hace la desconfianza en la autoridad.
"Sucede que en algún momento del país se confundía autoridad con
autoritarismo y eso llevó a que los límites se hayan desdibujado. También se
fueron rompiendo los vínculos y sin esas relaciones no puede haber autoridad
del docente, ni de la familia, ni de nadie".
La inspectora explica: "Nosotros partimos del
concepto de que la violencia está instalada en la sociedad y lo que ocurre en
las escuelas como reflejo son situaciones de conflicto que se dan bastante
seguido. Lo primero que se hace es pensar en los chicos, tratando de salvaguardar
la integridad de todos, incluso del chico que es el agresor porque buscamos
abordar el problema y resolver lo que lo origina, no sirve castigar al chico
que se abusa de otro, lo que tenemos que lograr es que cambie".
Y retoma la idea ya expresada por Spanibello y
Villar: "Siempre es importante el otro, la intervención de los que a veces
son espectadores pasivos de las situaciones de acoso o de conflicto".
Sumado a la pasividad de los compañeros de clase que presencia las situaciones de violencia o de acoso sin intervenir está el corrimiento de la familia. "Antes acompañaban más, sobre todo en la escuela primaria. La familia se fue corriendo de la escena y se profundizaron dificultades. Antes la palabra del docente era sagrada, ahora se tiene que ganar su espacio, hoy se discute todo y sobre todo la figura del adulto", apunta De Vanna. En esa línea agrega Villar que "el adolescente hoy tiene sus reclamos... más reclamos que otras cosas. Me parece bien que tengan reclamos y que les reconozcan sus derechos, pero a veces algunos olvidan el correlato de las obligaciones".
Claro que antes de actuar "tenés que saber qué
pasa", apunta Spanibello. "Si
hay un problema casi siempre se lo puede solucionar, pero ante todo hay que
hacerlo visible. Por eso, como docente de clase, nunca tenés que dejar de
observar y considerar a ese alumno como una persona con su integridad y
entender lo que significa la empatía y la importancia del otro. Estas son
cuestiones y conceptos fundamentales que hay que abordar desde edad muy temprana.
Por eso es importante hacer campañas e instalar el tema en la agenda, y para el
abordaje concreto se requieren proyectos transversales con ejes comunes, o sea,
trabajarlo desde distintos enfoques y no en una sola área y no hay que
minimizarlo, es un tema instalado y actual".
Claro que para trabajar el tema con posibilidades de
influir positivamente en los chicos el equipo docente debe estar convencido de
lo que está haciendo. Por ejemplo, "debe comprender que ceder una hora de
su espacio curricular no es perder contenidos, porque darse tiempo para poder
hablar de lo que les pasa a los chicos es tan importante como el dictado de la
función lineal en matemática. Si yo no puedo entender que delante de mí tengo
un otro que la está pasando mal, difícilmente pueda ser agente de cambio".
La detección a tiempo del problema es una de las
cuestiones que preocupan a las tres docentes y probablemente al resto de sus
colegas. "No poder ver a tiempo el problema genera mucha dificultad",
dice De Vanna. Y postula que falla la detección temprana: porque "estamos
en una sociedad donde tenemos muchas ventanas abiertas en simultáneo, vamos
atendiendo un poquito cada cosa y se nos escapan situaciones esenciales como
puede ser la vivencia negativa de un chico que sufre y que tal vez arrastre
secuelas psicológicas que lo marquen de por vida".
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
20 de mayo de 2025
20 de mayo de 2025
20 de mayo de 2025
20 de mayo de 2025
20 de mayo de 2025