El Gobierno decidió postergar la actualización del impuesto al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) hasta principios de junio, a pesar de que el ajuste estaba programado para el pasado miércoles 1 de mayo. Sin embargo, a pesar de esta medida, las principales petroleras procedieron a aumentar un 4% los precios en los surtidores de las estaciones de servicio.

La decisión fue oficializada mediante el decreto 375, publicado el jueves en el Boletín Oficial. Con esta prórroga anunciada por el Ejecutivo, el incremento correspondiente al cuarto trimestre de 2023 entrará en vigor el 1 de junio. Se estima que este ajuste tendrá un impacto promedio del 8% en los precios de los surtidores.

De acuerdo a lo establecido en el decreto, el Gobierno decidió aplazar la suba de los impuestos a las naftas y el gasoil con el fin de "estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible".

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Se espera que a partir del próximo mes el litro de nafta súper aumentará $61,82 sobre los valores actuales, mientras que el precio del gasoil aumentará un total de $42,07, lo que representa un incremento del 12% y 7,5% respectivamente.

Este será el último aumento programado dentro del cronograma establecido por el Ejecutivo mediante el decreto 107, correspondiente al cuarto trimestre de 2023.

El aumento en el precio de los combustibles tiene un impacto prácticamente directo en el resto de los precios de la economía, dado que representa uno de los principales costos para el transporte de productos de consumo.

El impuesto a los combustibles fue establecido por la ley 23.966, aprobada en 1998, con el propósito de financiar fondos destinados a viviendas e infraestructura en todo el país. Este tributo impone montos fijos que se calculan sobre unidades de medida de productos derivados del petróleo y se actualizan en función de la variación del Índice de Precios al Consumidor medido por el Indec.