El Club Defensores de Hurlingham es una de las tantas entidades deportivas de barrio que se vio afectada por los tarifazos. En esta ocasión, la sociedad deportiva del partido de la zona oeste bonaerense recibió una factura de la luz de $1 millón, monto que le resulta imposible pagar a sus autoridades.

Pablo Cuello, presidente del club, explica que en el mes de febrero la boleta del servicio eléctrico llegó a los $190.000, y la del pasado marzo fue de $700.000. Lo que desde la organización no esperaban es que en abril la tarifa aumentara unos $300.000 de un mes a otro, aun contando con el descuento que el Gobierno les brinda a los clubes de barrio.

Defensores de Hurlingham tiene 102 años de historia, y actualmente cuenta con 1200 socios. Con deportes tales como vóley, básquet, y fútbol, taekwondo, patín, entre otros, la entidad cobra una cuota mensual de $5000. "Con ese ingreso tenemos que lograr pagar los servicios, que me parece que es una locura para un club de barrio donde todavía estamos esperando la boleta de gas", se lamenta Cuello.

Ante la situación económica del país y el aumento constante de la canasta básica, muchas familias optaron por darse de baja del club. "Tratamos de hacer paquetes con la familia socia", explica el presidente, y agrega que ante la imposibilidad de muchas personas de seguir abonando la cuota, se les ofrece la posibilidad de acceder a una beca o media beca.

"De alguna forma nosotros necesitamos contener a los chicos, porque sabemos que es muy importante la función nuestra", comenta Cuello.

La llegada de la tarifa del mes de abril con el aumento desmesurado se dio con la misma cantidad de kilowatts que el resto, y a pesar de los intentos de ahorro de energía, el club debe hacer uso de la luz durante gran parte del día debido a las zonas techadas donde es difícil dar clases sin iluminación. Especialmente cuando oscurece cada vez más temprano y las luces deben prenderse durante la tarde.

Pablo explica que debido al pago de las excesivas tarifas de luz, el club deberá pausar la generación de obras: "Con la comisión directiva estamos preocupados, porque gestionamos los recursos del club y nosotros no hacemos negocios, nosotros lo que recibimos lo tenemos que reinvertir en estructura para el socio, para mejores lugares de entrenamiento, materiales, buena iluminación".

El presidente de la organización agrega que además se le debe pagar el sueldo a 50 profesores que dictan sus clases dentro del lugar.

"Nos preocupa mucho", relata, "nosotros lo hacemos de forma gratuita, estamos en el club devolviendo todo lo que nos dio en esa infancia en ese trabajo, en esa pasión que de esos clubes de barrio que sabemos que generan contención para un montón de familias".

Mediante la nueva gestión que asumió a través del Consejo Deliberante de la ciudad, "se logró que dentro del impuesto municipal haya un ítem que sea para los clubes de barrio, como una asignación para clubes". De esta manera, lo recaudado es repartido entre los 45 clubes existentes.

"Tendrían que empezar a articular políticas para analizar las situaciones", señala Cuello en cuanto a la intervención política. "No creo que todos los clubes sean iguales, no creo que todos tengan lo mismo y ver las necesidades de esos clubes que contenemos, y que lo hacemos a pulmón. Creo que hay que tener políticas acorde a los distintos clubes. Que analicen, que vengan, que los visiten".