San Isidro, ubicada en el norte del Gran Buenos Aires, es conocida por sus zonas residenciales de prestigio, sus grandes plazas y su hipódromo, el cual es escenario de diferentes presentaciones culturales en varios momentos del año.

Sin embargo, la ciudad también tiene un "Lado B".

La alta cantidad de casos de inseguridad y la situación de las obras públicas del lugar es motivo de malestar entre los habitantes y transeúntes. Fue a finales de la semana pasada que los sanisidrenses amanecieron con la noticia del homicidio de Jorge Enrique DeMarco.

El empresario inmobiliario de 65 años fue hallado sin vida en su vivienda, maniatado y golpeado. Su casa se encontraba revuelta, por lo que los investigadores asumieron que el móvil se trató de un robo.

Los vecinos denuncian que hay una ola de robos, especialmente de picaportes de bronce. Una mujer residente de la localidad se lamentó sobre la pérdida de partes de su rodado: "Dejamos la moto afuera de mi casa y cuando salimos ya no tenía las ruedas, no tiene los espejos".

En cuanto a barrido y limpieza, San Isidro se encuentra tapada de basura, de acuerdo a lo relatado por los entrevistados. "No estoy contenta el camión de la basura", se queja una vecina que se pregunta si el sistema de recolección cambió y si pasarán día por medio de acuerdo a un nuevo cronograma de calles.

El temporal más reciente dejó muchos afectados, pero aún se registran problemas sin solucionar de la tormenta atravesada hace ya dos meses, en la madrugada del 17 de diciembre de 2023. Árboles caídos o por desmoronarse, cables tirados por la calle, postes de luz a punto de colapsar, y basura acumulada que todavía no tuvo reparación por parte del municipio.

"Lo veo mal", dice un hombre con respecto al saldo que dejó la lluvia y el viento de aquel día. "Ahora recién está normalizándose la calle, pero hasta ahora lo veo mal".

"Parece que tenemos un intendente fantasma, porque después del temporal pasaron meses y no pasó absolutamente nada, todos se iba amontonando por todos lados hay más mugre que antes. Vos andás por San Isidro que es hermoso y parece un pueblo fantasma. Le falta todo lo que se va rompiendo, o las luces que ya no están desaparecen", señala una vecina de la zona, preocupada.

Raúl Lanús asumió la intendencia de la localidad bonaerense el pasado 10 de diciembre. El nuevo jefe comunal de San Isidro tomó el mando tras 40 años de gobierno de la familia Posse. Lanús pertenece a Juntos por el Cambio y fue el autor del decreto con el que Mauricio Macri cedió a la Ciudad más de 100 inmuebles por alrededor de $16 mil millones.

Ante la falta de soluciones por parte de la municipalidad y la intendencia, varios vecinos sanisidrenses optaron por crear páginas y grupos de Facebook para dejar sentados sus reclamos. "Estoy en una página de vecinos de San Isidro que leo todo el tiempo que hacen reclamo y nada. Y encima vos tenés que perder tu tiempo laboral, personal, para ir hacer un reclamo y que quede en el reclamo", relata una vecina.

La misma mujer comenta que "no tenés que moverte mucho" por la localidad para ver el mal estado de las calles y la falta de higiene.

"Al barrendero hace un mes que no lo veo", suma otra residente local. "El basurero anda, pero barredor como antes de cordones no hay".

El enojo de parte de los habitantes de San Isidro repara especialmente en el mal manejo administrativo de la municipalidad, cuyo trabajo dicen que "es un desastre, todas las veredas han roto para poner nuevo, y lo nuevo es todo mucho peor que lo antiguo".

"Me parece una barbaridad los aumentos que hay en las tasas municipales para el servicio que dan", agrega un vecino.