Este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dio a conocer la inflación de enero, que fue del 20,6%. Una desaceleración con respecto a diciembre del año pasado, pero una cifra que sigue siendo alta e impacta en la economía diaria de las familias.

En ese sentido, El Bona TV dialogó con Fernando Savore, el titular de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, para conocer cómo repercute la suba de precios tanto en los comercios minoristas como en los consumidores.

"Después del trágico mes de diciembre, que estuvimos dentro de lo que fue una hiperinflación, porque cambiar los precios todos los días es eso. Era una hiper dentro de una estanflación. Yo viví las distintas hiperinflaciones, como la del presidente Alfonsín, pero digamos que la clase media argentina estaba mejor estructurada, mejor parada. Cada vez nos agarra más debilitado esto", analizó el directivo.

"Enero fue un tanto más pasivo el tema de los aumentos, pero lo digo reflejando el 29,7% de inflación que nos dio diciembre. Igualmente, estamos hablando de una inflación tremendamente agresiva. Pero yo creo que ya no nos preocupa tanto lo que es la inflación, sino la caída de ventas", enfatizó.

"La caída de ventas es cada vez es mayor. Es una ecuación sencilla: si tu sueldo no cambió, evidentemente no vas a comprar. No vas poder comprar lo mismo que en diciembre, mucho menos que noviembre. Esto es así", agregó.

Uno de los aspectos en los que se ve la inflación incesante es en el valor de productos básicos como los fideos, el arroz y los lácteos, que en apenas dos meses se dispararon.

"Ya hace más de un año que el arroz de la Argentina había desaparecido, no conseguíamos grano común, doble carolina, o sea los distintos granos de arroz que hay, que son mayormente los que consume la familia argentina. Solo quedó para vender es el arroz grano fino largo, el más económico", detalló Savore.

"Ese arroz hace ocho meses lo pagamos $450 de costo y hoy nos cuesta $1.300. El aumento de precios no es que se da solamente en los alimentos que sean buenos y se puedan reemplazar, sino que se da en los alimentos más básicos y a los que recurren los sectores más humildes cuando su dinero escasea", remarcó.

"Lo más básico también está caro, este es el tema. Ya no hay por dónde decir qué compro más allá de la pirámide nutricional para llenar la pancita. Bueno, eso de llenar la pancita con lo más económico también es caro", sostuvo.

El punto en cuestión es qué se puede comprar para llenar la olla y cuidar las finanzas, ante una economía que no da tregua y golpea por diferentes sectores como el transporte y los servicios.

"La gente hace tiempo que ya se inclinó a lo que es la segunda marca, la marca alternativa", argumentó Savore.

Los altos costos de las materias primas como la harina y el aceite encarecen productos básicos como un paquete de galletitas para una merienda. Lo mismo pasa con los lácteos, lo que más preocupa a los comerciantes según el entrevistado.

"Durante el mes de diciembre tuvo un incremento en los primeros días de un 12%. El 20 de enero un 15% y los primeros días de febrero otro 15%. Entonces, esto te da que la mercadería cambió aproximadamente entre un 48% y un 49%",explicó el almacenero.

"Un sachet de leche que en diciembre costaba $600, hoy lo tenemos que vender en $900 y ahí está claro el 50% de aumento. Un yogur en sachet de primera marca hay que venderlo en $1.800. El tema es que también tenemos yogures de marca Pyme que lo podemos vender en $700. La diferencia está clara y la gente se inclina a eso", concluyó.