Sin lugar a dudas, los jubilados y pensionados son el grupo más afectado por estas subas. Esta población (5,7 millones de argentinos según el último censo) recibió un bono por $55.000 durante enero, pero no alcanza para cubrir los gastos en salud.

"Uno solo pude comprar, el otro no porque ya no me alcanzaba, porque la caja sale $14.000 y pico", respondió una mujer mayor cuando El BonaTV le consultó si podía acceder a sus medicamentos. Lamentablemente, muchas personas han tenido que dejar de consumir alguno de los remedios que usualmente toman debido a los graves incrementos.

Si bien el asociarse a PAMI le permite acceder al beneficio de descuentos en algunos fármacos a los afiliados, muchos de ellos aún sienten el impacto en su bolsillo: "Tengo dos medicamentos que me hacen descuento, igualmente llego a gastar $15 o $20 mil", declara otra jubilada.

"Estamos con el corazón en la boca, porque no sabemos qué es lo que va a pasar", comenta angustiada una mujer.

Y es que un adulto necesita $77.890 para no caer en la indigencia, y $160.453 para no ser pobre, de acuerdo al último relevamiento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT) del INDEC.

Actualmente la jubilación mínima es de $105.712, lo que ubica a los beneficiarios bajo la línea de pobreza, con la imposibilidad de cubrir todas sus necesidades, desde los alimentos, hasta la vestimenta, la salud, el transporte y la vivienda.

"Dijo una vez un presidente 'si yo hubiera dicho lo que iba a hacer no me hubieran votado'. Con el presidente que se fue después del gobierno de Cristina, la gente se pegó un tiro en el pie. Con este no se pegaron un tiro en el pie, se pegaron un tiro en la cabeza, la bala salió y no pego a todos", se quejó una de las jubiladas entrevistadas, cansada de los aumentos.

En un contexto de crisis y desigualdad creciente, el grupo más vulnerable de la sociedad espera que llegue pronto el cese de la falta de estabilidad.