Carlos "Tula" Pascual es de esos personajes pintorescos y queridos que calan hondo en el imaginario popular. Con su bombo expresó su amor por el fútbol y el peronismo a lo largo y ancho del mundo. Y con 83 años recién cumplidos, se mantiene más activo que nunca. El Bonaerense fue testigo privilegiado de la cena en la que homenajearon un año más de su vida y habló con él.
La fiesta se llevó a cabo en el Sindicato de Obreros del Vidrio (SOIVA), por iniciativa del dirigente Horacio Valdez que cedió el lugar con 60 invitados que incluyeron familiares, amigos, compañeros sindicales y de militancia, reunidos para la gran ocasión. Además, hubo invitados de lujo como Alejandro Rodríguez Perón, sobrino nieto del ex presidente y Alejandro Russo "el Cura Peronista" Los presentes pudieron disfrutar de un pollo a la parrilla y helado y presenciaron un varios shows musicales.
Con una gran energía y vitalidad, Carlos Pascual se presenta: "83 pirulos, tengo 13 mundiales y ya hice todo. Me queda un último sueño, quiero cantar la marcha peronista en la Muralla China" Y reconoce con humildad que "mi vida es una historia muy larga y quería contar cómo soy yo, por qué vivo y por qué estoy acá con ustedes".
Hombre de una gran fe, Carlos recuerda que "cuando yo era chiquito, yo tenia 5-6 años y vivía en Rosario.
Tenía una casa muy pobre y estaba sentado con mi vieja en un banquito de madera.
Y siempre se usaba un alambre para colgar la ropa, y de repente aparece Jesucristo con las espinas. Yo creo que desde ese momento hice lo que hice por Jesucristo". Y agrega: "Yo soy pobre, no sé idiomas, pero tuve la suerte de viajar por el mundo. Y es gracias a Jesucristo que me banca".