La música tiene un rol fundamental en su familia, y el extravío de la trompeta de su hijo desesperó durante días a los oriundos de Merlo. 

Alan Antúnez, logró recuperar el instrumento gracias a la colaboración de la comunidad local. El joven de 14 años, quien se encuentra estudiando en el Conservatorio Alberto Ginastera de Morón, había extraviado su amada trompeta durante su viaje de regreso a casa.

Flavia, su madre, relató a El Bonaerense que la música es una parte integral de la vida de su hijo desde muy temprana edad. Proveniente de una familia de músicos, Alan desarrolló habilidades tanto en la guitarra como en la trompeta. Esta última fue un regalo de su padre, quien hizo un gran esfuerzo para adquirirla.

El día en que perdió la trompeta, Alan regresaba del conservatorio en un día agotador: asistió a la escuela y ayudó a su padre en el taller de chapa y pintura familiar. Iba camino a su casa cuando a bordo de la línea 327, olvidó su trompeta en el asiento del colectivo.

Apenas notó su ausencia, regresó corriendo a la terminal del barrio Arcoiris, pero el colectivo ya se había marchado. “Alan se puso muy mal y nosotros como familia también ya que no tenemos los recursos económicos suficientes como para comprar una nueva”, explicó Flavia. 

La familia se vio sumida en una gran angustia ante la pérdida del instrumento y Flavia decidió utilizar la cuenta de Facebook de su esposo para buscar ayuda entre sus vecinos y conocidos. 

La publicación buscaba obtener información sobre el paradero de la trompeta, confiando en la solidaridad de los vecinos del barrio. La madre del joven de 14 años, destacó que su familia siempre inculcó el valor de la educación musical a sus hijos, quienes también estudian violín y piano en el mismo conservatorio.

La solidaridad de la comunidad no se hizo esperar. Muchas personas se ofrecieron a ayudar a  la familia y difundieron la publicación en sus propias redes sociales. Incluso un joven del barrio propuso recolectar dinero para adquirir una trompeta nueva.

Flavia compartió el CBU de su esposo, a través del cual se recibieron donaciones, aunque no alcanzaron el valor total del instrumento.

Sin embargo, un giro inesperado tuvo lugar ayer cuando una persona contactó a Flavia para informarle que había adquirido la trompeta y solo deseaba recuperar el dinero que había pagado por ella. La familia accedió a pagarle y finalmente lograron recuperar la trompeta de Alan.

A pesar de la frustración inicial de tener que pagar por algo que ya les pertenecía, se sienten felices de que Alan pueda continuar persiguiendo su sueño de convertirse en un trompetista profesional.

“Como familia estamos muy agradecidos a toda la comunidad que nos ayudó con el dinero juntado. Pudimos pagar el rescate de la trompeta y Alan está feliz”, cerró.