Tardó 5 años en realizarlo desde el taller de su casa

Emilio Paoli vive en Banfield y desde muy pequeño, a pesar de venir de una familia futbolera, era fanático de los autos. “Nadie entiende porque me gustan tanto, desde los 10 años soy muy fan”, dice el vecino en charla con El Bonaerense.

A los 17 años se compró su primer auto, una Chevy modelo 70 y de ahí en más empecé a armar y vender hasta lograr armar el auto de sus sueños, una Chevy V8 con turbo compresor, haciéndole todas las mejoras. “Tuve otras chevis anteriormente y esta la iba armando de apoco, junte todo y la arme”, cuenta.

“Le hice varias mejoras, desde el tren delantero al tren trasero con ruedas de 12 pulgadas, 15 atrás y 8 pulgadas, 15 adelante, todo el interior en cuero blanco y todos sus accesorios cromados”, explica.

Tardo 5 años en concretar su sueño. “Esto lo hago como un hobby cuando vengo del trabajo. Ya hice unos cuantos fierros, nunca armó algo original, siempre los hago customizados a mí gusto”, cuenta Emilio.

Emilio se dedica al montaje de máquinas industriales. “El auto se hizo en el taller de mi casa, con lo justo y necesario”, dice.

Se lo han pedido para recitales de bandas de rock. “Cuando vino Megadeth, Linkin Park, La Renga. En el ambiente de las motos el mío es el único auto, siempre hay buena onda, me gustan los encuentros de autos clásicos también”, afirma Emilio.

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Armó un total de otros 5 autos, los cuales fue vendiendo, pero se quedó con el Chevy. “Era el auto que soñaba tener, lo veía en una revista y ahora lo tengo en el garaje de mi casa, es un sueño cumplido”, asegura.

En cuanto a los cuidados, Emilio dice que siempre hay que mantenerlo y hacerle mejoras, tanto para el andar del vehículo como el confort. “Siempre hay mejoras para hacer, esto no para nunca”.

Paoli lo usa para ir a comer un asado o ir a eventos. “En la semana no lo uso mucho, porque se complica para andar”, dice.

La reacción de la gente cuando lo ven siempre es positiva. “Me cuentan que alguno tuvo, porque es un clásico, siempre vas a cargar nafta y te piden fotos te cuentan historias y le sacas una sonrisa”, finaliza.