Fueron 17 los equipos rotos y robados desde febrero hasta la fecha. Casi todos tienen distintas características.

Tal como lo anuncia desde hace algunos meses El Bonarense, 9 de Julio es una de las ciudades de la provincia donde mayor casos de robos de transformadores se han generado.

Con el objetivo de extraer cables para la venta de cobre, estos equipos se han convertido en un blanco fácil para los delincuentes al momento de cometer ilícitos.

Hace algunos días, este medio anunción que vecinos de 9 de Julio presentaron una carta al presidente de Cooperativa Eléctrica y de Servicios -CEyS- Matías Losinno, para solicitar información respecto de la cantidad de robos de transformadores que se produjeron durante las últimas semanas.

En ese sentido, obtuvieron como respuesta que fueron 17 los equipos robados desde febrero de este año hasta la fecha y, en su gran mayoría, tienen distintas características.

La Cooperativa brinda el servicio a través de 779 transformadores de entre 5 KVA y 800 kva, conforme a las necesidades de distribución en la red.

Los 17 robados son; 1 de 5 KVA; 1 de 200 KVA; 2 de 100 KVA, 5 DE 63 KVA; 1 de 25 KVA; 5 de 315 KVA; 1 de 500 KVA y 1 DE 80 KVA.

Todos son propiedad de la CEyS y se fueron reemplazando ante cada hecho delictivo para que el servicio de luz no sea interrumpido.

Asimismo desde la cooperativa explicaron que el valor de reposición estimado es de U$S 181.315, aproximadamente. Ese valor suele ser sensiblemente menor en caso de que el equipo, dependiendo de la concepción del núcleo y el daño sufrido, pueda recuperarse mediante la reconstrucción de la bobina.

Se destaca que por la naturaleza de los transformadores no hay cobertura de seguro sobre el equipo, por no ser objeto asegurable, sino sobre la responsabilidad civil ante la posibilidad de daño. Es por eso que hay un daño patrimonial directo en la servidora, por una suma aproximada a los $925 millones.

Una de las consultas que habían hecho los vecinos era si la cooperativa piensa en generar acciones para detener los robos. Como respuesta recibieron que soldaron las tapas de los transformadores en aquellos que presentaban mayor riesgo por su tamaño y ubicación.

También se reprogramaron medidores instalados en usuarios rurales que tienen la posibilidad de comunicar la ausencia de tensión, a fin de informar cuando esas situaciones ocurran.