El abogado ambientalista Matías de Bueno, le confesó a El Bonaerense: "Es un problema de seguridad y el Estado no está presente".

Año tras año se libran incendios forestales en el Delta del Paraná, causando un grave daño al ecosistema de la zona, sobre todo, a los humedales en donde residen miles de especies de animales y plantas silvestres. Pero es más que eso, ya que la vida de los propios seres humanos también corre peligro, debido al humo que se extendió por diversas localidades urbanas.

En efecto, el Delta limita con los municipios de Escobar, Tigre y San Fernando, de provincia de Buenos Aires, siendo los partidos del conurbano más afectados por humo, sumando al distrito de Zárate, que envió bomberos durante esta semana para combatir los focos de incendio.

Justamente, las islas de Delta del Paraná dejan un postal alarmante, ya que en la noches son de color rojo o anaranjado, debido al elevado grado de toxicidad en las partículas que flotan en el aire que, según los expertos, son hasta cinco veces más altos de lo que puede soportar el cuerpo humano. 

En este sentido, el director del Observatorio de Rosario, el abogado ambientalista Matías De Bueno, dialogó con El Bonaerense y contó: "Esta semana tuvimos un pico de 37 mil hectáreas quemadas, entre Rosario y Zárate".

El especialista De Bueno comentó que su equipo de trabajo implementa el Plan de Aprovechamiento del Delta, con el que aborda las jurisdicciones de Entre Ríos y provincia de Buenos Aires, abarcando en total un millón setecientas mil hectáreas.

Pero los datos alarmantes que arrojó De Bueno se basan en el estudio que vienen realizando desde hace tres años, respecto a la cantidad de territorio quemado por los incendios forestales. Información documentada, sobre la que el abogado expresó sus críticas contra el sistema de seguridad.

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"En el 2020, registramos 400 mil hectáreas incendiadas; en el 2021, 300 mil; y en este 2022 van 150 mil", confesó De Bueno. De esta manera, denotó que, por el momento, van cerca de 850 mil hectáreas prendidas fuego en estos tres años.

"La mayoría de los incendios son provocados. En estos tres años han realizado operativos con los que han capturado a personas", comentó De Bueno, y continuó: "El problema es que prenden fuego y no hay control de lo que se hace con los incendios".

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"En los humedales hay pastizales y bosques, hogar de los animales", explicó el profesional y remarcó: "Luego de un incendio, necesita tiempo de recuperarse, tiempo que no le dan porque siguen quemando".

"Se pueden recuperar, pero hasta que no pase el fuego, eso es imposible. La tierra es lo que más sufre el daño del fuego. El humo que esto provocó es totalmente nocivo para las personas", señaló De Bueno.

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En tanto, Matías reflexionó sobre cómo se debería proceder: "Hay que trabajar con una doble mixtura. Por un lado, concientizar a la sociedad sobre los peligros de los incendios forestales. Por otro lado, hay que hacer una fuerte inversión en las fuerzas de seguridad para que metan presos a los delincuentes".

"Esto es un problema del Estado. Por lo que se ve, no hay Estado presente y esto es un problema", cerró el abogado ambientalista, Matías De Bueno.