La ONG "Botella de Amor" impulsa el reciclaje de plásticos de un solo uso en botellas, para luego reciclarlos y fabricar "madera plástica". Una manera fácil y efectiva de contribuir al cuidado del medio ambiente.

La iniciativa de la “Botella de amor” es un hábito sustentable y una forma efectiva de reducir desechos plásticos desde el hogar.

La fundación argentina Botella de amor es una organización sin fines de lucro establecida en Bernal, en la calle  Bermejo 1155, que se dedica al desarrollo sostenible y mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades.

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La red, que cuenta con puntos de recolección en todo el país, impulsó la iniciativa de la botella de amor: se encargan de reciclar plásticos de un solo uso en botellas para clasificarlos y dejarlos listos para hacer listones de madera plástica, con los que se fabrican mesas, sillas, juegos de plaza u otros elementos de uso cotidiano.

Los envases plásticos pueden llevarse a la sede de Bernal de lunes a viernes desde las 08:00 hasta las 16:00. Allí serán recibidos por algunos de los voluntarios, que se encargará de comenzar con el proceso pertinente. Se puede crear un material para la construcción destinado a bancos, mesas, sillas para enviar a escuelas, para hacer acciones sociales; para quitar de la mala imagen de cierta forma al plástico y convertirlo en algo positivo para la comunidad.

Los plásticos que van dentro de la botella de amor son los plásticos enumerados del uno al siete. Si bien hay paquetes que no vienen catalogados, a simple vista uno puede darse cuenta que se trata de un plástico. Las condiciones que necesitan para que las personas separen estos plásticos es que aquellos que puedan producir olor a pudrición, se limpien y se sequen, como por ejemplo: el sachet de leche, de yogurt, bolsa de carnicería, de pollería, potes de quesos o postres, étc. Se deben separar, limpiar, secar y una vez limpios van dentro de la botella o bidón.

Si bien su uso es para todo público, los más beneficiados son los chicos: Muchas de las cosas recicladas van directamente a colegios, jardines, comedores comunitarios u hogares que siempre necesitan de ayuda. Un gran trabajo que no deja de crecer y además ayuda al medio ambiente.