La víctima había sido decapitada por su pareja y su suegra en Lima, en 2019.

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de la Provincia de Buenos Aires condenó a Carlos Hernán Entivero (39) y a su madre, Amelia Itatí Lezcano (56), a cadena perpetua por el femicidio de Stella Maris Ramírez (26). El hecho ocurrió en 2019 en Lima, Zárate.

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Ambos estaban acusados de ser coautores del delito de “homicidio doblemente calificado por tratarse la víctima de una persona con quien uno de los autores mantenía una relación de pareja conviviente y por ser cometido por un hombre contra una mujer, mediando violencia de género”.

"Todavía no caemos, pero logramos la justicia que pedimos. Estoy conmovida. Fue mucha emoción luego de escuchar la sentencia. Era mi deseo. Esto me deja tranquila y en paz", expresó a Télam la madre de la víctima, María Estela Soberón, conmovida por el veredicto.

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En ese contexto, la familia de Stella Maris, que en su mayoría reside en la ciudad chaqueña de Resistencia, viajó todas las semanas desde el inicio del juicio a los tribunales con el fin de presenciar todas las audiencias.

La mujer sostuvo que siempre recordará a su hija "con una sonrisa" y añadió: “Todavía no podemos asimilar todo lo que pasó. A partir de ahora vamos a mirar hacia adelante y aprender a convivir con este dolor”.

EL CASO

En agosto de 2019 la Prefectura encontró el cuerpo decapitado de una mujer en el río Paraná, a tres kilómetros de la orilla del Club de Pesca de Lima, Zárate.

Fue una vecina de Stella Maris Ramírez, quien reconoció el cuerpo gracias a un tatuaje que tenía en uno de sus hombros, pese al gran estado de descomposición que presentaba el mismo.

Los investigadores sospechaban que la quisieron quemar, le cortaron la cabeza y le abrieron la panza para que se hunda, dijeron las fuentes.

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Stella y su marido vivían con su nena de 5 años (hoy tiene 8 y vive con sus abuelos maternos) en Buenos Aires. Y pese a que estaba desaparecida hace semanas, fue su familia que vive en Chaco quien denunció su desaparición por testimonios de amigos y vecinos.

En la casa de la joven hallaron mediante el reactivo luminol rastros de sangre en las paredes de una habitación, en una camioneta y en el lavarropas.

“Vecinos declararon que Lezcano (suegra) fue la casa de su hijo (pareja de Stella) días después a la desaparición de Ramírez, lavó ropa y volvió a Corrientes”, dijo un vocero encargado de la pesquisa.