“Cuidá la bocha” es una organización (futura ONG) que busca cambiar los valores y creencias de mujeres en contexto de encierro. María Paz Rodríguez, una de sus fundadoras, le contó todo a El Bonaerense.

El hockey como herramienta de transformación es una de las cosas que busca “Cuidá la Bocha”, la organización que trabaja en la cárcel de San Martín. El nombre tiene dos sentidos: el primero es el que todo el amante de este deporte conoce (evitar que tu rival te la saque). Y, el segundo, tiene que ver con la “otra bocha”: la cabeza, para cuidar la mente de las mujeres en contexto de encierro.

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Mientras viajaba a una audiencia en Pilar antes de dirigirse al penal, María Paz Rodríguez Senese, una de las fundadoras de esta organización (que busca ser ONG), le contó todos los detalles a El Bonaerense.

La movida la arrancó Paz junto a Florencia Fernández Pratto en 2018. “Lo soñábamos, queríamos llegar a la cárcel con el hockey. No sabíamos realmente si les iba a gustar y se iban a enganchar, pero luego de muchos permisos y burocracia logramos y fue súper lindo ver lo interesadas que estaban en nuestro programa”, reveló.

Asimismo, opinó: “Siempre tuve las ganas de transformar a las personas para que no reincidan en los delitos. Y el deporte es una herramienta fabulosa: Se aprende a ser equipo, se dejan de lado los intereses particulares y trae lindos aprendizajes para no juzgar al otro”.

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Todas las partícipes de esta organización encontraron en ella una “conexión”. Claro, es que vienen de diferentes profesiones y juntas lograron algo increíble para la comunidad carcelaria. “Juntas trabajamos para el bien común, en esto de que todos nos merecemos otra oportunidad y demostrar nuestro lado bueno, por así decirlo”, contó.

Clara Badano es trabajadora social, Andrea Dallaglio es psicopedagoga, Helga Tártari está estudiando Trabajo Social, Florencia es neurocientífica del deporte y ella es Defensora Penal Juvenil. Asimismo, están María Eugenia Casal, fotógrafa en el CASI y Lucila Bengochea, comunicadora social. También participa la hermana de la arquera Belén Succi, María de la Paz.

Metas alcanzadas y sueños cumplidos:

Al empezar sólo tenían un pabellón de la unidad 46 de San Martín. Ahora, este grupo de mujeres sigue conquistando sus metas. “Logramos que se junten los cuatro pabellones y salir a jugar a los clubes de zona norte, algo impensado en ese momento”, contó Paz.

“Logramos que cada mujer empiece a cambiar la mirada hacia ella misma. Se dan cuenta que pueden dar algo positivo para un equipo y para la sociedad, con solidaridad y respeto. Por eso los clubes se dan cuenta que ellas van a mostrar su lado bueno y cambian esa mirada negativa”, reveló.

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Asimismo, contó sobre la filosofía de Las Lobas, como se llama el equipo. “Ellas muestran los valores que nosotras pregonamos, se apoyan entre sí. Y junto a la cárcel, con el Programa Cambiemos la Mirada y Liderar, logramos armar un equipo donde parecía impensado”, explicó.

De la misma manera, contó los mensajes que reciben: “Es un círculo virtuoso, ellas nos agradecen porque saben que no pedimos nada a cambio. Las familias nos agradecen mucho porque el resto de la gente las mira diferente. Aparte porque tienen momentos fuera de la cárcel”.

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Y, como en todo este tipo de organización, el beneficio siempre es recíproco. “El aprendizaje sobre esto es total. Las miramos de manera amorosa, confiamos en ellas. Eso te obliga a armar un equipo vos misma. Y todo eso se refleja en la vida cotidiana, dejás de juzgar y te preocupás de lo realmente importante”, expresó con emoción.

Y finalizó con un balance de estos tres años de Cuidá la Bocha. “Los beneficios son incontables. La verdad que seguimos creciendo. Estamos súper contentas con esto y con ganas de seguir transformando”, sostuvo.

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Desafíos y dificultades:

“Estamos buscando empresas y organizaciones que nos soporten. Ya estamos con los trámites ante la IGJ para una personalidad jurídica. Con las donaciones también ellas ven que la gente no las odian por haber hecho algo malo”, contó.

“Queremos seguir cambiando a las mujeres en contexto de encierro pero también a la sociedad para que no vean de mala manera a ellas, algo que todavía sigue pasando”, observó.

Asimismo, explicó: “Lo más difícil de esto es la impotencia del servicio penitenciario y su lógica. Hay gente valiosa pero con un chip distinto, muy enfocado en la "seguridad". Creemos que tenemos que tratarlo de otra manera, no desde el castigo. Y también nos pasa cuando trasladan a chicas sin avales del juez y cierta violencia para frenar inconductas”.

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El caso Nancy

Nancy Herrera es una ex loba que salió de la cárcel en plena pandemia. “Ella quería hacer cosas en el barrio pero se sentía etiquetada. Pero ella lo logró. Ahora le transmite a chicos y chicas del barrio esta misma pasión, lo que significa ser un equipo y aprender”, contó Paz, con mucha emoción.

Y agregó: “Ver a Nancy en el barrio, con el amor que le da a los chicos es muy lindo, refleja nuestro triunfo, Muchas chicas que están en el encierro lo quieren lograr”.