En víspera del feriado por carnaval las murgas y comparsas se preparan para festejar. Una jornada llena de luces y alegría que los vecinos de distintos barrios esperan compartir.

Con sus ropas coloridas y brillantes, acorde a la identidad de la localidad, las murgas volverán a tomar el control de las calles. Llenarán de alegría los rostros de los vecinos de Villa Bosch y se moverán al compás de la comparsa, dejando detrás de ellos un ambiente cálido, familiar y lleno de sonrisas.

“La murga tiene ese entorno de lo familiar, de lo que se transmite de generación en generación, pero nuestro caso somos nosotros quién lo estamos generando”, comentó Jorge coordinador de la murga Piantaos por la Alegría, de Villa Bosch. Dicho espacio tuvo sus inicios en el año 2000 en la escuela Alfonsina Storni, siendo un proyecto escolar, donde el establecimiento  abría  sus puertas los fines de semana para que se formara una murga.

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Si bien al cabo de cuatro años, los precursores de este espacio decidieron mudarse a la Plaza Manzanares del distrito, donde se siguen juntando hasta hoy en día. “Cuando empecé tenía 17 años y ahora tengo 39, sin embargo sigo siendo parte de este espacio porque mi hija de seis  ahora está ahí”, comentó Jorge.

Como un hecho clásico de estos grupos, donde al fin de cuentas se transmite entre padres e hijos, “Piantaos por la Alegría”, tiene su propia particularidad y es que son las primeras dos generaciones de murgueros. “Ahora todos nuestros hijos están en la murga y el hecho de pasarlo de generación en generación es algo que lo estamos creando nosotros”, destacó y agregó: “Lo bueno es que ellos lo viven con la misma pasión que nosotros, con ello le estamos asegurando muchísimos años más a la murga”.

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Más allá del color, la fiesta  y el carnaval en sí, el entorno cuenta con varios propósitos; por un lado, es ser un cable a tierra para los grandes y chicos, en el cual pueden olvidarse de sus problemas de la semana y poder conectarse con lo que les gusta. Y por el otro, es una herramienta social, con la cual han realizado decenas de labores solidarias para la comunidad.

“Hemos realizados muchos talleres a beneficio, con chicos de educación especial, dimo talleres en hogares de niños como “Los Cara sucias”, uno de los más conocidos; también, hemos conseguidos las prótesis para una niña quien nació sin sus extremidades y gracias a lo que hacemos pudimos conseguirlas”, recordó. No obstante, la labor de ayudar a través de los corsos, es una movida que nace no solo desde una necesidad sino también desde el corazón de aquellos que están dispuestos a ayudar.

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Cabe mencionar que, dicha murga es independiente y autogestiva, por lo que todo es a pulmón. Por otro aldo, han sentido el abandono y el atropello burocrático, puesto que al ser un arte callejero carece de muchas cuestiones, pero sin embargo gracias al apoyo de la gente, dan siempre lo mejor. Siendo esta una cuestión por la cual nunca han conseguido detenerlos y han sabido seguir adelante.

“Siempre hay algo que nos cuesta, porque no contamos con ningún respaldo cultural, que es algo que deberíamos tener por parte del municipio”, comentó Jorge y detallo: “Todos los corsos que hacemos vienen por nuestra parte, somos nosotros quienes nos encargamos de cortar la calle, de  poner el sonido, las luces, entre otras cosas. Porque es una cuestión totalmente familiar, en la que participa la gente que se trae su silla, ya que somos una murga que esta recuperando los corsos de antaño.

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Si bien, han podido desarrollar su actividad libremente, sin embargo han tenido sus encuentros con las autoridades, principalmente con los inspectores. “Siempre nos ponen palos en la rueda, porque no quieren apoyar al arte callejero, por eso nos ponen trabas; sin embargo, siempre nos hacemos cargo de todo por eso somos una murga independiente y autogestiva”, comentó.

El espacio se reúne siempre en la casa de Jorge, donde no solo se alistan para recorrer las calles, sino también ensayan y se preparan para las celebraciones de febrero. “La ropa es un vestuario independiente de cada chico, por lo general se lo mandan a hacer a su gusto, no ponemos ninguna objeción con el diseño, el único requisito es que sea azul y blanco”, explicó Jorge.

Por su parte aseguró que cada miembro tiene una responsabilidad dentro del grupo, ya sea los que se encargan del escenario, de  armar las canciones, el baile, lo administrativo, entre otras cuestiones.

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Más allá del color y la alegría, lo que más se disfruta es el compañerismo y los lazos de amistad que en este lugar se han formado. “Lo que más me gustan de estos corsos es que los puedo disfrutar con mi hija, verla reír, cantar, bailar, eso es algo que me enloquece”, comentó y agregó: “También está el grupo humano que tenemos dentro del espacio, en donde si uno  necesita algo estamos todos para ayudarlo”.

Por su parte, la murga estará presente durante todo el fin de semana largo, el sábado 26 estarán en San Andrés, en “El Corso de los fantasmas” y el domingo 27 en Castelar en “El Corso de por siempre murgueros”; y lunes 28 se reunieron en la Plaza Manzanares Villa Bosch  con su propia murga y el martes 1° de marzo estarán en Ballester en “El Corso de los paranoicos”. Por otro lado, el espacio seguirá funcionando a partir de abril, todos los domingos a las 17 horas en la Plaza Manzanares.

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“Para mí  esto es todo, yo no me imagino mi vida si no hubiese empezado la murga, si bien para los de afuera quizás no sea la gran cosa; porque es visto como algo pequeño, pero atrás lleva muchas cosas, que tiene que ver con el conocer, el aprender y el vivir otra realidad”, concluyó Jorge.